De los 18 miembros actuales que nuestro país tiene en el Parlamento del Mercosur, no apareció uno solo que por lo menos intente justificar su condición de tal para mediar o cabildear en la difícil situación por la que están atravesando los comercios fronterizos y que ya está dejando miles de compatriotas sin puestos de trabajo.
Los bancos brasileños han tomado la decisión de manera unilateral de no seguir importando reales desde el Paraguay, a raíz de todo el show mediático que se generó con el supuesto vínculo que podría haber en el negocio natural de reenvío físico de remesas con el caso Lava Jato.
El ministro de Hacienda, Benigno López, y el presidente del BCP, José Cantero, corroboraron que efectivamente en el Brasil no existe nada oficial en relación a este tema, pero tanto es el grado de especulación que se maneja sobre estas operaciones, que por una cuestión de prevención suspendieron la importación de reales.
El 90% de los 17 a 20 millones de brasileños que por año ingresan solo a Ciudad del Este, llega con reales en las manos para gastarlos, mientras el 10% restante lo hace con tarjeta de crédito.
Esto significa que los comercios paraguayos no pueden pagar a sus proveedores internacionales porque para ello deben depositar en sus cuentas los reales para convertirlos en dólares. Los bancos paraguayos ya no quieren recibir tanta cantidad de reales porque no pueden exportarlos al Brasil ante la situación planteada.
Si esta situación continúa como anunció el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Ciudad del Este, Juan Vicente Ramírez, los comercios que operan en zona de frontera simplemente van a migrar a otros países en busca de alternativas y esto no solamente será un golpe letal para la actividad económica de la zona, con las consecuencias del aumento del número de desempleados, sino un golpe durísimo para las arcas del Estado. El 30% de lo que el Estado recauda proviene de la actividad económica de frontera.
Desde el gobierno, los actores que manejan la economía han reaccionado porque manejan estos números y son conscientes del impacto que esto genera, pero no basta, los actores políticos también deben hacer lo suyo. La Cancillería paraguaya también debe reaccionar sobre el tema y es quien debería estar capitaneando otro equipo de paraguayos dispuestos a pelear esta “guerra”.
Acá no hay nada turbio, como internamente incluso desde medios de comunicación y algunos parlamentarios quisieron instalar. En el Brasil, de manera oficial con la ida de López y Cantero se corroboró, una vez más, que no existe nada en contra de las operaciones de exportación de divisas.
Entonces, hace falta un equipo de patriotas que tomen esta bandera y defiendan al Paraguay en un momento en que la actividad económica está en picada.
Estos patriotas deberían ser algunos de nuestros parlamentarios del Mercosur, miembros del Congreso y Cancillería y hacer el lobby correspondiente ante los brasileños con los números y estadísticas en mano para empaparse de la manera en opera este negocio.
Como históricamente ha sucedido, si los paraguayos no reaccionamos para resolver nuestros problemas, los brasileños mucho menos lo harán, y es más, podrían hasta aprovecharse de esta situación coyuntural para liquidar el comercio fronterizo, que siempre les inquietó por el volumen de dinero que se maneja y que simplemente ellos lo quieren manejar.
La nula reacción de nuestros parlamentarios del Mercosur en este tema es otra muestra concreta de que nuestros representantes simplemente no nos representan o lo que es peor, no tienen la más pálida idea de lo que tienen que hacer, por ello, de manera categórica se puede afirmar que les estamos pagando el jugoso salario al santo botón. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.