• Por Jorge Torres Romero
  • Periodista

Las informaciones basadas en especulaciones en general son perjudiciales y, en particular, para el sector financiero pueden resultar confusas, inoportunas o peligrosas; bien porque sean poco objetivas o porque, sencillamente, estén manipuladas interesadamente para que resulten devastadoras para determinadas personas, instituciones o, incluso, para toda una sociedad, puesto que son motivadas por intereses ajenos al bien común.

Es lo que pudimos percibir en los últimos días cuando por medio de grandes titulares se pretendió instalar supuestos vínculos de un banco paraguayo con las investigaciones encaminadas por la Justicia brasileña dentro del caso conocido como Lava Jato. La información publicada en nuestro país se basó en un artículo periodístico de un diario brasileño, que a su vez publicó una información segmentada o parcial de lo que ocurría en la realidad, ocasionando así una confusión que fue aprovechada para articular una guerra comercial y política, cuyo objetivo sería debilitar un apetecible mercado que está siendo liderado por un sector empresarial.

El propio superintendente de Bancos, Hernán Colmán, ratificó que son cinco los bancos que realizan normalmente transacciones denominadas “exportación de divisas”, los cuales necesitan una autorización previa para efectuar estas operaciones que están perfectamente controladas. Incluso fue más allá y confirmó la proporción de estas remesas a través de diferentes bancos, precisamente por el control que actualmente se realiza.

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El Banco Paulista SA sí es investigado en el Brasil por haber sido utilizado por la empresa Odebrecht para montar un esquema criminal (consultoras de maletín) que efectuaban pagos de sobornos a políticos y funcionarios públicos para beneficiarse con obras públicas. Sin embargo, en ningún lado, por lo menos hasta ahora, en los detalles de la investigación, documentación o delaciones premiadas de los implicados han mencionado bancos paraguayos en el esquema.

Las empresas de maletín creadas por Odebrecht para sacar dinero del Banco Paulista que venían de paraísos fiscales alegaban (también de manera ficticia) que hacían asesorías al banco en las operaciones de “importación de divisas”. Esta supuesta asesoría fue lo que llamó la atención de un periodista, quien tuvo la iniciativa de revisar cuánto dinero movió el banco en ese concepto, y se encontró que solo desde Paraguay se enviaron en un año US$ 1.700 millones.

Si bien son montos que podrían llamar la atención, acá lo importante es que se puedo demostrar el origen del dinero y precisamente para eso existen nada menos que siete instituciones oficiales que realizan los controles a estas entidades. Además, el Paraguay, por su condición de miembro del Mercosur, se acoge al régimen de turismo, lo que implica que los comercios en Ciudad del Este tienen exoneraciones tributarias que los vuelven atractivos y mucho más rentables para los turistas del Brasil. El propio presidente de la Cámara de Comercio de la capital paranaense afirmó que, en promedio, ingresan de 16 a 21 millones de turistas brasileños a Ciudad del Este, que sí realizan compras por 300 dólares, arroja un promedio de casi 5.000 millones de dólares. Estos datos fueron también corroborados por estudios que hizo una universidad de Foz de Yguazú.

A partir de estos datos tenemos que el 90 por ciento de las compras de estos turistas se hace en reales, entonces los comercios que están en el Este operan con los bancos mencionados para las operaciones cambiarias y el pago a sus proveedores, con lo cual cierra el círculo en esta historia. Lo importante es que se trata de una actividad lícita, no hay nada raro y esto lo afirman las propias autoridades que regulan el sistema financiero de nuestro país.

Lo preocupante del caso es que, a partir de estas informaciones con datos parciales, sin mostrar ningún documento, se ha montado una historia que podría suponer la intencionalidad de perjudicar a un sector empresarial basados únicamente en especulaciones, sin mencionar siquiera los otros bancos que realizan las mismas operaciones. Esto puede incluso configurarse como un caso de terrorismo financiero por las consecuencias que puede acarrear.

Pero más allá de lo que puedan significar los intereses corporativos de grupos empresariales y el oportunismo político para “liquidar” enemigos, lo triste es que no existe un respeto hacia la opinión pública, que no puede acceder a una información objetiva y veraz.

Además de esto, se causa un enorme perjuicio a la imagen del país cuando que todos los días escuchamos que nuestras autoridades nacionales y algunos referentes del sector privado señalan como prioridad que debemos luchar por salir de la lista gris y lograr que nuestro país alcance el grado de inversión, internamente nosotros nos estamos tiroteando y a todas luces pareciera hasta que anhelamos que Paraguay figure en el esquema, al punto de que, sigilosamente, en Diputados crearon una “comisión” para investigar los vínculos de Paraguay con el Lava Jato. Ni en Brasil nos invocan, pero nosotros insistimos. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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