- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Siendo sinceros, todos los gobiernos nuevos, al menos en este país, tardan un poco en arrancar, ponerse en marcha y dejar de culpar al anterior, a veces con cierta razón, otros con cara de piedra.
Siempre se habla de 100 días, 120 ponele, pero en esos 3 o 4 meses ya tiene que haber alguna señal de laburo y alguna otra excusa que no sea “mirá cómo nos dejaron todo”.
Cuando llevamos 200 días, y los muchachos en el gobierno siguen explicando la cuadratura del círculo, cuando le preguntás qué pasa, la cosa se pone bastante más jodida y preocupante. Los que nos reíamos de los papelones allá por setiembre, octubre y, ponele, noviembre, hoy estamos bastante más preocupados.
Esos pasos en falso, los nombramientos ridículos, los pagos de factura se convirtieron en lo que prometían, un gran problema para el Gobierno y un desastre para nosotros, los ciudadanos que no estamos instalados en el “sector vip” estatal. Allí sí, nada pasa, allí las amigas de una, las influencers del otro, las enemigas acérrimas de Cartes, y los aportantes de campaña, sumados a los que se fueron dando vuelta y “traicionaron” al entonces oficialismo, viven con sus escandalosos salarios, para hacer, nadie sabe bien qué, o para ocupar cargos para los que no tienen la menor capacidad.
Por que no sería taaaan grave la presencia de las amigotas y amigotes cobrando zoquetes, si al menos en los cargos claves estuviera gente idónea para el cargo. No por ser un gran médico y buena persona podés ser un buen ministro de Salud, el pobre Mazzoleni está exponiéndose diariamente a recibir palos, merecidos por cierto, pero producto de que su ministerio es un nido de operadores políticos puestos por el oficialismo colorado y el “otro” oficialismo, el de la “mal llamada” oposición que transo silencio por zoquetes y poder.
Lo de Petta es más vergonzoso aún, el camaleónico ex senador, al que, según sus propios ex amigos opositores, cada vez que se tenía que votar algo jodido en el Senado, había que cumplirle sus deseos, si no, no sabés hacia dónde disparaba. Pero el habilidoso Petta, sin ningún escrúpulo, se supo conseguir, conspirando, sembrando chismes e inquina y hasta dicen, amenazando con soltar secretos incómodos, el botín más preciado… el MEC. Tanta capacidad tiene para este tema de la trepada y las intrigas palaciegas que se desmarcó, mandándola a la banquina, en pocos meses a su fiscalizadora Añetete, la hermana de la propia Senadora Ovelar, puesta ahí para controlarlo y tratar de dirigir la parte técnica del complejo ministerio, a sabiendas de que Petta, al parecer, no sabe ni cuáles son sus funciones, y por lo que dicen ni sabe dónde queda su oficina.
El bueno del pastor Wienz, llorando por aquí y por allá, al final, no hace más que eso, terminó de sentenciar de muerte al metrobús, dicen que para cumplir con los aportantes y ahora no sabe para dónde disparar, ante los bárbaros pedidos de megarreajustes en obras ya terminadas, y no pudiendo empezar una en casi 9 meses, tiempo en que tarda en gestarse un ser humano, pero insuficiente para poner alguna obra en marcha. Lo de Nicanor en la EBY es de público conocimiento, manoteo de dinero y shows mediáticos que no engañan ni a sus mimados de la prensa, lo de la ministra de Trabajo es lo esperado de una persona rajada por incapaz y con sospechas de corrupción, que sigue demostrando que la rajaron correctamente.
Y mientras en el Congreso, el mago Cuevas, saqueando la Cámara de Diputados, y Beto peleándose con Payo y tratando de contener el inminente desbande de la bancada oficialista.
Marito debería darse cuenta de que la cuerda se acabo hace rato. El “culpa de Cartes” ya solo compran los amis de ABC, Messer no tapa el aumento de pasajes y combustible, el 31 de marzo y la sangre de Rodrigo ya la usaron toda en campaña y la gente está podrida. Pónganse a laburar, si no después no se quejen de su suerte.