• Por Felipe Goroso
• Analista

La convención impulsada y articulada por el gobierno y realizada el sábado en la Junta de Gobierno demuestra a las claras la nula visión que tienen los estrategas y asesores del Ejecutivo. Les cerraron las puertas a los jóvenes elevando y complicando los requerimientos para que lleguen a cargos electivos. De eventuales candidatos los degradaron al papel de pegatineros de afiches y calcomanías. Todo muy moderno e innovador. Hace rato no se veía una jugada tan magistral en la que un partido político le diera la espalda a la juventud; sí, precisamente aquel segmento que ha dado sobradas muestras de ser el más difícil de comprometer y convencer.

En momentos en que los partidos políticos de todo el mundo se debaten y desafían buscando estrategias para instalar agendas que atraigan y capten a los jóvenes, en Paraguay preferimos obstruir su avance e incorporación. Acá al lado, en Argentina, sólo como una muestra, hace siete años ya tomaron la decisión de bajar la edad mínima para votar de manera voluntaria a 16 y 17 años. Se puede discutir, pero te habla de alguna visión de proceso.

En el oficialismo intentan presentar el hecho como una reivindicación a la militancia, cuando en realidad lo que se aseguran es antigüedad. Es absolutamente innecesario que les explique la sustancial diferencia.

Pero ojo que es muy de ilusos y rampantes pretender que procesos en los que se dieron avances se corten sólo por no ser contenidos ni comprendidos por rancios dirigentes políticos. En todo el mundo hay demasiados ejemplos de que siempre hay otro camino.

Por último, el 1 de agosto de 1987 cuando Alfredo Stroessner y el Cuatrinomio de Oro lideraron a los militantes, combatientes y estronistas, en aquel atraco a la convención que marcaría el principio del fin del régimen también fue un sábado. Las coincidencias no se dan sólo en los protagonistas.