- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Muchos me van a decir insensible o cosas por el estilo, pero hay veces que la paciencia tiene un límite, que uno se harta de ver algunas barbaridades e injusticias y pierde la capacidad de compadecerse de algunos compatriotas.
Es el caso de algunos sintechos, que pululan sobre todo en la zona del departamento Central. Nuestros “sin casa propia” que, al parecer, tienen el designio divino de merecer una casa de su propiedad, de cualquier manera, como si fuera un derecho universal. Confundieron el derecho a la vivienda digna, que consagra la Constitución Nacional en su artículo 100, con el derecho a una vivienda propia. Vivir alquilando toda la vida no constituye una indignidad o una violación de ningún derecho humano. Sino habría que meter presos a los que alquilan casas y a los agentes inmobiliarios que se pasan ofreciendo alquileres cada día. Total pueden después venir los médicos sin consultorio propio o los abogados sin oficina propia y tomar por asalto alguna clínica, instalarse y reclamar su “derecho”… total.
Igualmente, la cultura ha hecho que la vivienda propia sea un sueño, una meta, un objetivo de la mayoría de los humanos, y más en estos lares menos desarrollados.
Pero si uno quiere adquirir su lotecito 12x30 en la zona del departamento Central puede ir a una de las decenas de inmobiliarias serias y consultar algo adecuado a sus necesidades y a su bolsillo. De hecho, me tomé la libertad de consultar con dos queridos amigos que manejan las dos principales y me han comentado que los lotes, con servicios básicos en puerta, demarcación, calles, etc., van desde 300 a 700 mil guaraníes mensuales, con posesión inmediata. Variando la cercanía a los centros urbanos y la cercanía al transporte público. Es decir, por lo que pagan por ser parte de las invasiones, los amigos sintechos podrían ir cómodamente a instalar sus viviendas precarias o no tan precarias, sin depender más que de su esfuerzo, y no esperar que el politiquero de turno y sus delincuentes ad láteres, facinerosos que fungen de “dirigentes sociales”, ndajeko, los usen como carne de cañón y como votos cautivos.
Claro, no va a quedar su lote en el centro de Luque, pero va a ser suyo, sin robar a nadie, y sin ser el esclavo de estos hijos de puta matriculados (perdón, pero no encontré un buen sinónimo porque me pone nervioso el asunto).
Ahora bien, sabemos de buena fuente que entre los sintechos hay de los dos tipos, los “inocentes pobre infelices aichincharanga señoras que tienen 10 bendiciones de parejas golpeadoras alcohólicas e inservibles”, “pobre anga señor que no sabía dónde ir con sus 4 hijos y le engañaron” y cosas así. Pero también hay badulaques que saben bien dónde y para qué van, los “vivos” de siempre, que quieren quedarse con terrenos ajenos a costa del dueño y del estado. O sea usted y yo.
El Estado hizo un desalojo el otro día en Luque. Cumpliendo con la ley, desalojó a ocupantes de una propiedad de la Copaco. Se cumplieron todos los recaudos, se les avisó 24 horas antes, pero ellos “no creyeron”, o creyeron que no iban a animarse, o pensaron que sus lideres (sic) iban a evitarlo. De hecho, se encargaron de decir que “no iba a pasar nada”.
Pero pasó y además se pusieron violentos, resistieron el desalojo, la policía se entusiasmó y reprimió también con violencia. Se encontraron bombas molotov, petardos y armas blancas, o sea estaban preparados para todo. Entonces, no hay buena fe. Entonces no son inocentes incautos, al menos muchos de ellos, y menos sus mal llamados “dirigentes sociales”.
Finalmente, el Gobierno, en un paso en falso más, de los que nos tiene acostumbrados hace meses, ahora parece que va a ceder, les va a regalar las tierras. Más o menos como que se salen con la suya. ¿Qué mensaje da el Gobierno? Primero, no invierta en tierras porque no hay seguridad jurídica, Segundo, no compres nomás lotes si podés ocupar uno, armar kilombo, victimizarte y te regalan… o sea una barbaridad.
¿Marito quiere ayudar? Que les subsidien, a los que merezcan realmente, esa cuota de 300 a 500 mil guaraníes, que les ayuden a construir algo digno, básico, pero dejen de prestarse a estas vergüenzas. Sí, ya sé, de balde nomas digo, ni bola me van a dar. E’a, y bueno, e’a…