El uso de los bienes incautados de las garras del narco para beneficio público puede ser una buena idea, pero tenemos que conversar sobre su aplicación porque la ejecución de la administración actual, probablemente entusiasmada por lograr ruido mediático urgente (razón ya de numerosos errores del gobierno), está provocando errores que aún no se analizan en su dimensión exacta.

Desenfoque

El principal desenfoque de algunas medidas tomadas en los últimos meses no es que el alquiler de la casa de “Cucho” fuera a precio regalado o que el color del Chevrolet Camaro fuera inadecuado; no, el principal desenfoque radica en que la aplicación de estos bienes no está cumpliendo con un rol pedagógico fundamental: que sea aleccionadora.

Me explico. Si yo soy un joven con ganas de tomar un camino en mi vida y antes de decidirlo se me ocurre tomar unas vacaciones que incluirán “el balneario” de “Cucho” y los carnavales de Encarnación, donde inevitablemente me cruzaré con el poderoso narco-auto hoy utilizado por la Senad, la primera idea que el Estado paraguayo me generará en la cabeza –por obra y gracia de la publicidad pura y dura– es: “que way, cómo viven estos tipos”.. - y allí es cuando por alguna cabeza se cruzará la idea –yo quiero ser como ellos.

El uso de los bienes incautados, llámese la mansión balnearia de “Cucho” y su auto lujoso es horrible en materia aleccionadora porque constituye más bien una exposición motivadora, en dos momentos claves, el descanso de fin de semana y el carnaval. Una especie de muestra gratis de la ostentación que podes llevarte si te metes a operar con la merca; todo lo cual denuncia el ejercicio de decisiones irreflexivas y poco prudentes, aferradas más “al ruido que estás cosas generan en redes “ que a algún plan talentoso.

¿Cómo lo hacen en otros países?

En los Estados Unidos, una vez que se confirmen los cargos el dinero incautado pasa a un fondo para el fortalecimiento de los organismos de seguridad, mientras que los bienes tienen un solo destino: la subasta.

Por lo tanto, cualquier narco que funcione en los Estados Unidos sabe que sus bienes van a ser subastados, ninguno tiene la esperanza de recuperar nada de las manos del Estado. Fácil y sin ambigüedades.

En México es igual, todo decomiso termina en el martillo de un rematador. En Colombia los recursos se destinan a la lucha contra el narco y a un fondo para familiares de víctimas. Y en Italia es lo mismo, por citar cuatro “locaciones” importantes de mafias en el mundo.

Por lo tanto, a nadie se le ocurre alquilarle a un X la casa de Mar de Al Capone para que se use como balneario. No. A la certificación de su propiedad legal y si no se comprueba va al remate sin contemplación.

No des idea

Ojalá que no; pero imaginemos que nuevas ideas podría tener el Gobierno siguiendo con esta tónica.

Los moteles de “Cucho” bien podrían ser alquilados a alguien para que sigan ejerciendo su noble misión de promover el consagrado deporte del amor clandestino. Tal como se hizo con el balneario podría inaugurarse con alguna fiesta, ese sí sería un “acto inaugural” quizás con fuegos artificiales en el primer final, con cintas tricolores en cada una de las puertas o excursiones estudiantiles incluso.

No me imagino qué habrá pasado de la Cava del mafioso que me dijeron que era respetable. ¿Se armará una “Bodega Cucho” con tales insumos? Los ejemplos pueden ser diversos.

Exageración aparte, el Chevrolet Camaro en el carnaval de Encarnación, despertando la “mala idea” de ser como “Cucho” para lograrlo; el balneario de Juan E. O’Leary son dos muestras de la ausencia de clase en la aplicación de estos recursos o la vertiginosa prisa de hacer cosas que sean ruidosas por unos días pero terminen siendo un boomerang para las autoridades. Un poco de sentido común y estos problemas se pueden evitar… hasta ahí te puedo contar.