- Por Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
En forma casi permanente, las personas se encuentran con situaciones en las que tienen que hacer una elección.
Bien sabemos que el tiempo es una de las cosas que no se pueden comprar, pero que tiene su precio. Es así que quien inventó la frase “el tiempo es oro” no podría haber sido más exacto, descriptivo y sincero a la vez.
La economía se ocupa de este problema a través de la noción de coste de oportunidad, que plantea la problemática de si nuestro tiempo o dinero estarían mejor invertidos en otro lugar, es decir, “el coste de oportunidad” como el uso alternativo de nuestro tiempo o dinero.
En esta materia, una de las reglas básicas se resume con la frase “No hay comida gratis”, refiriéndose al ejemplo del almuerzo entre ejecutivos: Aunque sea una simple reunión agradable sin esperar nada a cambio, el almuerzo nunca será totalmente gratuito. El tiempo que uno está utilizando para dicha ocasión podría estar haciendo otras cosas, lo que significa que se está dejando otras oportunidades de lado como adelantar una tarea, compartir con la familia o trabajando en un proyecto.
Aunque resulte de alguna forma dura y obsesiva esta visión de ver la finanza personal, todos estamos frecuentemente realizando estos cálculos en la cabeza, cuando optamos las decisiones que vamos a tomar, es algo intrínseco de la naturaleza humana.
Para los economistas, toda decisión está determinada por el conocimiento de aquello que ha de sacrificarse (en términos de dinero y disfrute) para poder adoptarla. Al saber con mayor exactitud qué estamos obteniendo y a qué renunciamos, se debería tomar decisiones más racionales.
Otro caso que podemos exponer como ejemplo es la decisión de ir o no a la universidad. Por un lado, debemos tener en cuenta que los años dedicados al estudio reportan abundantes recompensas, tanto en términos intelectuales como sociales, además de buenas oportunidades laborales. Por otro lado, se debe considerar lo que implicaría en valores monetarios la inversión en matrículas, cuotas, materiales didácticos, entre otros.
Si miramos con otra perspectiva los años que pasamos en la facultad, uno muy bien podría estar ocupando un puesto de trabajo remunerado, en el que además de estar percibiendo un sueldo mensual, paralelamente estaría ganando en experiencia. Uno debe sopesar entonces entre el título universitario o la experiencia que adquirimos dentro del mundo laboral.
Por otra parte, podemos también poner como como ejemplo la elección entre el deber-placer, es decir, uno puede quedarse en su casa estudiando o ir al concierto de su ídolo. En esa situación muchas personas quizás optarían por la primera opción, pero no se debe descartar la motivación que aporta en el bienestar de una persona la alegría de asistir a un concierto que nos gusta y, por que ende, podría ser beneficioso para un mejor desempeño profesional al “cargarnos de endorfinas”…
El costo de oportunidad en las empresas
El costo de oportunidad es importante en las empresas, puesto que a diario estas deben tomar decisiones en un medio exigente y que ofrece múltiples posibilidades y alternativas.
Siempre que se va a realizar una inversión, está presente el dilema y la incertidumbre de si es mejor invertir en una opción o en otra. Cada una de ellas trae consigo ventajas y desventajas, las cuales hay que evaluar detenidamente para decidir cuál nos estaría permitiendo sacrificar un menor costo de oportunidad.
En la economía globalizada y competitiva que hoy vivimos en nuestro día a día se observan que, los cambios y los hechos suceden velozmente. Las condiciones pueden variar rápida y abruptamente, por lo que se hace necesario contar con el mayor número de elementos posibles de juicio, que permitan tomar en su momento decisiones oportunas y adecuadas a las circunstancias que cada caso o situación los ameritan.
Es necesario tener un equipo gerencial profesional y proactivo, asesoría de expertos y realizar un somero análisis de mercado para recabar mayores datos que nos permitan saber con mayor exactitud, en dónde estamos posicionados.
Si bien es dable reconocer que determinar con exactitud el costo de oportunidad constituye de por sí un proceso complejo, su evaluación reviste importante relevancia en el proceso de toma de decisiones no sólo a nivel empresarial sino también en la vida privada de cualquier persona.