La foto viralizada por el periodista Alejandro López en la que se ve al esposo de la diputada añetete Jazmín Narváez y Julián Vega, el ex director de Migraciones, burlándose del escándalo en Taiwán que le costó el cargo, refleja en cierto modo lo que para este gobierno representa la opinión pública: nada.

Cuando en todo caso, como mínimo nos esperábamos un pedido de disculpas del involucrado ante el bochorno internacional, lo que vimos fue más de lo mismo. Un grupo de señoras fanáticas que fueron al aeropuerto a recibir al hombre para justificar lo ocurrido y el marido de la líder de bancada en diputados del sector que hoy gobierna el país ironizando lo ocurrido.

Ni siquiera lo destituyeron de manera inmediata ante la noticia de la denuncia de la traductora taiwanesa como un gesto de reciprocidad por todo lo que para el Paraguay representa ese país amigo. Tuvieron que aguardar que Vega ponga su cargo a disposición y aceptarle la renuncia.

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La traductora en su denuncia fue contundente, acusó a Vega de “frotarle el muslo de manera inapropiada”. La traductora presentó un informe a la Oficina del Fiscal del Distrito de Taipei el 5 de octubre alegando conducta sexual indebida y se informó que se llegó a un acuerdo el mismo día en privado, con el resultado de que no se presentarían cargos formales, pero que Vega abandonaría Taiwán lo antes posible.

Luego, y obviamente, por gestiones de los amigos taiwaneses que conocen y respetan a Paraguay, para bajar los decibeles y atendiendo la presencia aún del presidente de la República, intentaron explicar el hecho alegando una cuestión como “diferencias culturales entre las dos partes”.

El viernes pasado, a su regreso de Taiwán, como ya es costumbre Mario Abdo no habló con la prensa. En realidad, ¿qué tenía para comunicar? Nada. Sabía que los periodistas le abordarían sobre el papelón de su designado para Migraciones y su visita a la isla, junto a sus cercanos colaboradores, quienes fueron todos con sus respectivas esposas, no fue más que un viaje de placer y de paso agrandar el álbum de fotos del Instagram.

Mientras tanto, acá en el país de la realidad, se anuncia nueva suba del combustible para fin de año, un cuestionado procurador formulando una denuncia sin pies ni cabezas, transportistas reclamando decisiones firmes para definir la suba del pasaje, motochorros siguen matando inocentes y después dicen que es el gobierno de la gente.

Lo de Vega ejemplifica el nulo rigor a la hora de designar a los responsables para los altos cargos. Si ni siquiera se cuidaron en las formas para por lo menos dar señales de que las cabezas de las instituciones serían serias y al menos gocen de cierta honorabilidad, menos les importará el futuro de la gente común.

Mañana se cumplen apenas dos meses de la asunción de un nuevo gobierno, que a juzgar por la percepción de la gente, el desgaste prematuro, las metidas de pata, el bochorno de algunas autoridades y la corrupción que ya se ventila, pareciera que están en el poder hace años.

Si no fuera por la actuación implacable de la fiscala general del Estado, a quien muchos oficialistas habían cuestionado su designación, al arremeter con los poderosos que nunca se sometieron a la Justicia, la indignación de la ciudadanía hubiera sido mayor hacia los nulos resultados positivos de un gobierno que arranca sin expectativas. Ojalá, y por el bien del país, aparezca algún iluminado en el entorno de Mario Abdo, escasos por cierto, y pueda darle un golpe de timón a este barco que avanza solo por la inercia del poder y puedan conducirnos hacia un futuro más alentador. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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