• Por Felipe Goroso S.  
  • Twitter: @FelipeGoroso

“Director de inmigración paraguayo acusado de mala conducta por traductora taiwanesa”, así titulaba el tradicional diario Taiwán News el bochornoso incidente que protagonizó el ex director de Migración del gobierno de Mario Abdo Benítez, Julio Vega. Horas después se hacía público que había puesto a disposición su cargo y su renuncia fue aceptada.

Tamaño escándalo se da al mismo tiempo de la visita que realiza el presidente de la República y una frondosa comitiva de altos funcionarios de su gobierno (muchos de ellos acompañados de sus esposas) a Taiwán, invitados por el ya tradicional aliado de sucesivos gobiernos paraguayos. Una visita que adquiere trascendental importancia teniendo en cuenta la serie de tropiezos diplomáticos de los que está haciendo gala la administración actual. Solo hay que rememorar el caso de la embajada en Israel y la consecuente aparición de quienes son los nuevos aliados del Paraguay, que van desde dictaduras teocráticas hasta presidentes con muy poco afecto al respeto por los derechos humanos y civiles.

Pero volvamos al caso del ex director de Migraciones, Julián Vega. En marzo del 2016 se hizo pública una filmación que descubría que los disparos que acabaron con la vida de un joven hincha olimpista de 18 años se realizaron desde la camioneta, propiedad del que en ese entonces era concejal municipal de Mariano Roque Alonso. El político terminó demorado en sede de Investigación de Delitos, a la par que su domicilio era allanado por personal policial. Todo esto se daba en el marco de un enfrentamiento entre barras bravas de Olimpia y Cerro.

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Es acá que saltan un par de preguntas casi obvias: ¿Qué lleva a un gobierno a poner al frente de una institución tan importante y con un necesario roce internacional como la Dirección General de Migraciones a alguien como Vega? ¿Cómo llega alguien del perfil de Vega a tan alto cargo? ¿Quién le sugirió al presidente de la República este y otros nombramientos? ¿Son sus aliados quienes lo hacen o le están poniendo cáscaras de banana de manera alevosa? ¿Sabía el presidente de la República a lo que se exponía al nombrar a alguien con semejante antecedente en Migraciones? ¿Se hace todo bajo el paraguas de que es parte de “nuestro equipo político”? ¿Eso lo justifica absolutamente todo? Podría seguir preguntando, pero no pretendo aburrirlos más de la cuenta.

Eso sí, espero que en Palacio de López lean estas preguntas y nos den las necesarias y oportunas respuestas. Y traten de hacerlo sin culpar al gobierno anterior, sean creativos y culpen al que asumirá en cinco años más. No sé, digo.

Mucho se escribió y se seguirá escribiendo sobre el caso que nos ocupa, pero creí oportuno ir un poco más allá. Apuntar a quienes facilitaron el arribo de este y otros nombramientos que le están generando una crisis distinta por semana al gobierno desde que asumió. Deberían de tomar nota de que esto no está bien, no está bien pasar más tiempo tratando de arreglar crisis (algunas incluso fueron puestas en la agenda por el propio Gobierno) que presentando propuestas que mejoren la calidad de vida de la gente, gestionando soluciones y, sobre todo y principal, articulando diferenciales positivas con otras administraciones. De eso se trata, en esencia, la política; esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

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