- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
Mucho del futuro de nuestro país radica en una sustancial mejor calidad educativa a nivel primario, medio y terciario y en el desarrollo y expansión cualitativa y cuantitativa de nuestra producción agrícola por parte de los pequeños y medianos productores.
Trabajemos fuerte por la educación, con mejores infraestructuras en las escuelas y colegios de todo el país acompañado por una dinámica y bien orientada capacitación a docentes debido a la limitada calidad y formación académica que poseen muchos de ellos, siendo nuestro principal problema de carácter estructural, pues el déficit en calidad educativa no es nada nuevo, sino que ya la venimos arrastrando desde hace más de 4 décadas.
No hay futuro para la educación si no existe un trabajo estrecho con los educadores y con un ministerio y un gobierno que les esté apoyando constantemente, pero que debe provenir de gente que realmente tenga bien clara “la película” sobre nuestra problemática a nivel país para el logro de resultados tangibles.
El Dr. J. Sachs lo dijo claramente: no se podrá combatir la pobreza si no existe de por medio una educación de calidad.
Una parte importante del futuro de nuestro país reside en el campo. Dentro de la agricultura familiar contamos con un enorme potencial que no es aprovechado en su justa dimensión, con más de 240.000 pequeños productores agrícolas en estado de vulnerabilidad económica y que con una buena orientación técnico-productiva-logistíca y de comercialización podemos hacer que tanto los padres como los hijos jóvenes de estos labriegos puedan convertirse en emprendedores microempresarios, con lo que se estaría contribuyendo a fortalecer su capacidad adquisitiva/productiva y disminuyendo la masiva migración de estos a ciudades del departamento Central y de Gran Asunción en busca de fuentes de trabajo.
El objetivo primario debe ser eliminar la intermediación, pues allí radica una porción importante del nivel de pobreza de nuestros pequeños productores del campo, pues mientras estos “se rompen el lomo” trabajando, otros se llevan la “porción más sustanciosa de la torta”.
En lo que atañe a nivel de calidad educativa estamos desfasados comparado con otros países de la región. Solo a base de ajustes salariales a los docentes jamás podremos lograr los objetivos que todos pretendemos. Nuestros docentes precisan cada vez más y más capacitación. Paraguay es uno de los países de América Latina que menos invierte en educación con relación al PIB y si ello no se revierte en el corto/mediano plazo definitivamente seguiremos rezagados, pues dentro de un mundo cada vez más globalizado y competitivo se precisa contar con RRHH idóneos y capaces, y que demuestren en la práctica ser lo suficientemente innovativos y creativos.
Nuestra educación primaria y media precisa de una revisión global de la malla curricular en lo que se refiere a los contenidos que permitan dar el verdadero valor agregado que niños y jóvenes necesitan para una mejor formación académica, de forma tal a que cuando llegue el momento de ingresar a la universidad puedan contar con una base fortalecida que les permitan egresar de las mismas como buenos y útiles profesionales en diferentes disciplinas y que no ocurra como hasta ahora en que muchos se ven obligados a hacer cursos de pregrado y de nivelación cuando realizan posgrados en el exterior debido a la abismal diferencia de formación en varias disciplinas, en donde si los comparamos con una carrera atlética estudiantes de otros países de la región nos ganan fácilmente por 500 metros.