• Felipe Goroso S. – Twitter: @FelipeGoroso

Desde que se hizo público (por obra y arte del Grupo Nación, no por iniciativa de los proyectistas) el proyecto de ley que tiene por título la creación del “Ministerio de Comunicaciones y Tecnologías de la Información”, conocido popularmente como Micotic (de entrada, suena más a una pomada para curar irritaciones de la piel) se vienen planteando varias dudas. Sin embargo, me gustaría apuntar unos detalles que considero pueden aportar al debate.

Las iniciativas legislativas tienen toda una liturgia que idealmente debería ser cumplida y cuidada, si es que se busca que llegue a buen puerto. Una parte trascendental de esa liturgia es la socialización del mismo con altos niveles de participación ciudadana y de las partes interesadas. El proyecto de ley de Micotic afecta a la actual Secretaría de Comunicación (Sicom), a la Secretaría Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación (Senatics), a la Compañía Paraguaya de Comunicaciones SA (Copaco), a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Al involucrar a esta última directamente afecta a radios, canales de televisión, empresas proveedoras de internet, empresas proveedoras de telefonía celular; sin olvidar a los sindicatos o asociaciones de funcionarios que trabajan en las instituciones públicas mencionadas más arriba. Y lo más importante: nosotros, los usuarios y nuestra preciada libertad de informarnos. Hice toda esta lista de sectores que estarán en el ojo del proyecto para que dimensionemos el enorme alcance que tiene, y conste que es probable que haya olvidado alguna de las partes.

Con semejante escenario y teniendo en cuenta que el proyecto tiene que ver con la comunicación uno creería que el proyecto tendría un alto grado de socialización y participación desde su etapa de construcción misma. ¿Se sabe la opinión de todos los actores que mencioné más arriba? No. Y saben por qué? Pues porque no están al tanto, es tal el nivel de desorganización en la iniciativa legislativa que antes de que la Cámara de Diputados le dé entrada oficialmente en una sesión para que sea girada a las comisiones y ante las numerosas dudas que se están generando, una de las proyectistas ya retiró su firma del proyecto.

Mesas de trabajo con las instituciones afectadas, consultas a los gremios privados, audiencias públicas para que funcionarios, sindicatos y ciudadanos conozcamos más sobre la ley; estas son solo algunas de las muchas instancias de participación ciudadana que podrían haber sido consideradas. Nada se hizo y eso aumenta las dudas. Sumémosle que la designación de voceros propuestos desde el equipo de transición del gobierno entrante tampoco es la que se espera, teniendo en cuenta la importancia del tema deberían de hacer hablar a profesionales con el suficiente peso político para poder responder a las consultas que surgen en los espacios periodísticos que están tratando el tema. El primero de los voceros estuvo conmigo en el programa de televisión donde estoy en Unicanal el lunes por la tarde, y para el martes de siesta ya habían designado a otro vocero, según pude escuchar en una emisora AM. Ninguno de los dos pudo dar respuestas sólidas a las preguntas que se le hicieron. Es el futuro Ministerio de Comunicación con problemas de comunicación.

El proyecto de ley que crea el Ministerio de Comunicaciones y Tecnologías de la Información (Micotic) dice en una parte de su exposición de motivos y paso a citar: “El principio de publicidad de los actos de gobierno es una de las piedras angulares del sistema republicano…”, más allá de las consideraciones que podrían hacerse sobre esta frase sería bueno que se asuma que no basta con comunicar, sino que hay que hacerlo de manera oportuna y conveniente, empezando por este proyecto de ley. Pues de comunicar oportuna y convenientemente se trata la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

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