Me frotaban las manos este fin de semana por escribir sobre Ferrari después de que el domingo pasado en el encuentro familiar de la final del Mundial un tío mío, muy tifosi me recriminó por no escribir más artículos positivos sobre la Scudería y que yo era muy parcialista con Mercedes.

Y aquí estoy sentado en un café nuevamente buscando palabras para explicar porque es muy difícil en los últimos años hacer esto después de una jornada para el olvido de Sebastian Vettel en su tierra natal, Alemania.

Ferrari carece de lo que vivió en el inicio del milenio con Schumacher y toda la organización que tenía la Scudería en épocas de Montezemolo, Jean Todt y Ross Brawn. Estructura y consistencia que en aquellos años han sido seguros en el cavallino, han desaparecido completamente del equipo italiano, pero ahora aparentemente empiezan a brillar a destellos en el equipo poco a poco nuevamente.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El año pasado pudieron por fin poner un auto que pueda enfrentar a las aterradoras “Flechas de Plata” pero esa falta de consistencia y estrategia hizo que un poco después de la mitad de camino pierdan ambos campeonatos con un Lewis Hamilton imponente.

Este 2018 lograron por fin construir el auto más rápido de la parrilla. En serio, lo lograron, los números lo demuestran. Pero otra vez falta ese pequeño detalle que Vettel, sí tuvo en sus 4 campeonatos con Red Bull: esa suerte de los campeones.

En carreras como estas es cuando se ganan o pierden campeonatos. El gran premio de Alemania mostraba una Ferrari fuerte y poderosa, con tiempos en lila y un Vettel logrando la pole position y una salida eficiente, ponía en claro que este año por fin iba a ser rojo e iban a aventajar a Mercedes con varios puntos no solo en pilotos sino también en constructores.

Lewis Hamilton iba a pagar caro el problema del sábado y salió en la posición 14 con la difícil misión de cosechar la mayor cantidad de puntos posibles para no quedar tan atrás de Vettel en el campeonato. Pero esa vuelta, a muy poco del final que pone a Sebastian en la puzolana por un error suyo y un hambriento Hamilton llegando al primer lugar desde atrás y con una estrategia brillante de Mercedes, Ferrari se queda sin los puntos y pierde la punta en ambos campeonatos, ya que Bottas hizo de escudero para lograr el 1 y 2 alemán. Definitivamente les falta la “Suerte de los campeones” que sí la tuvo Mercedes.

Pero Ferrari está muy poco de conseguirlo, porque cuando solo falta ese punto, significa que van por buen camino, y solo les queda insistir en mejorar esos detalles mínimos que harán que los tifosi nuevamente alcen la bandera roja con orgullo por todo el planeta y festejen a un Vettel quíntuple campeón emular al Kaiser. Y eso puede pasar inclusive este año, porque están muy pero muy cerca. Tienen que levantarse de este golpe, si no, habrá sido el que los haya hecho perder el campeonato 2018.

Tío Bernardo, ¿qué te puedo decir? A Ferrari solo le falta esa estrella que lleva Mercedes en su logo. Y esa estrella se gana en batallas como estas. Aún tengo ganas de escribir un artículo positivo sobre el equipo emblema de la F1, pero en domingos como este, ellos mismos no me dejan. Ojalá que Ferrari logre este 2018 demostrarnos lo contrario.

Dejanos tu comentario