• Por Bernt Entschev
  • Fundador de The Bernt Entschev Human Capital

El mundial que se lleva a cabo cada cuatro años afecta definitivamente la vida de las personas y de las empresas. Guste o no, somos el país del fútbol y tenemos que aprender a lidiar con la cultura ligada a este deporte.

Estoy cansado de escuchar e incluso leer en las redes, colegas y profesionales quejándose acerca de la “pasión” del brasileño por el fútbol. Sus argumentos son que el país no funciona, que tenemos una cultura baja o incluso que “cuando dejemos de valorar tanto este deporte vamos a ser un país más maduro”.

Tenemos que tener cuidado con los extremos. No hay que tomarse todo al pie de la letra, recordando que la moneda tiene dos caras. Grandes eventos como la Copa Mundial pueden ser algo muy benéfico tanto para las empresas como para los colaboradores. La cuestión es ¿desde qué ángulo queremos verlo?

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Si pensamos que en el fútbol como una competición, inevitablemente conducirá a una disputa para elegir el mejor y un único vencedor y que esto puede parecer “injusto” con tantas selecciones. En el mundo corporativo no necesitamos actuar con este enfoque de competición donde solo hay un campeón. Mientras que en el fútbol uno gana y el otro pierde, en las empresas tenemos que tener la noción de que todos pueden ganar y también que todos pueden perder. Es una simple constatación, pero de gran valor.

Otra enseñanza que el día a día de un gran evento puede ofrecernos es cómo lidiar con la fantasía, con la pasión y con el amor del brasileño por el fútbol. Si sabemos que cada cuatro años tenemos por lo menos un evento de esta magnitud es necesario incluirlo en la planificación corporativa.

Estoy totalmente en contra de actitudes que prohíben a las personas. Las que intentan “amagar” al colaborador para que no vea el partido disputado o no permite que vea a su selección. Esto solo va a crear antipatía. Además, de todos modos la persona tiende a no ser productiva.

Por otro lado, cuando la empresa entra en el universo, alinea los objetivos de la organización con los mejores puntos del campeonato, tiende a ganar y mucho. Primero, porque se puede realizar grandes integraciones entre colaboradores. Segundo, porque empleados más felices tienden a rendir más y tercero, entrar en el universo de lo que se está respirando en el mundo, muestra que la empresa es sintonizada y liviana, esto produce más satisfacción en las personas.

Por último, las empresas que actúan así también tienen la libertad de dejar claro y de manera educada e incluso como orientación que incluso con el balón rodando los colaboradores deben mostrar resultados. Entonces, cuando es época de fiesta en el fútbol, vamos a celebrar, pero no se deben dejar las obligaciones de lado, principalmente en partidos importantes, que incluso después de finalizados continúan en las redes y grupos, con avalanchas de memes que recibimos y que tanto nos gustan.

Entonces, si la empresa tiene una actitud madura acerca de los grandes eventos, es natural que también quiera lo mismo de sus colaboradores. ¡Este cambio es saludable y bueno para todos!

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