- Por Mauricio Bejarano
- Viceministro de Minas y Energía.
La Política Energética Nacional (PEN) fue aprobada por el Decreto N° 6092 del Poder Ejecutivo, el 10 de octubre del 2016. Dicha Política Energética es la primera en su género en más de 206 años de vida independiente de la República del Paraguay y tiene una visión estratégica de largo plazo (25 años) que está orientada a “atender las necesidades de energía de la población y de todos los sectores productivos, con criterios de calidad, responsabilidad socio-ambiental y eficiencia; reconociendo que la energía constituye un factor de crecimiento económico, desarrollo industrial y de progreso social, en el marco de la integración regional”.
Uno de los cinco objetivos superiores de dicha PEN es “garantizar la seguridad energética con criterios de autoabastecimiento, eficiencia, mínimo costo, con responsabilidad socio-ambiental, que acompañe el desarrollo productivo del país”.
A lo largo del trabajo de elaboración de la mencionada PEN, han sido considerados diversos ejes transversales de análisis de manera a que el producto final pueda atender todas las necesidades del sector energético nacional, siendo el de Información y Planificación uno de ellos, íntimamente relacionados entre sí, pues no se puede planificar si no se dispone de la suficiente información (o al menos, el resultado no será confiable). En adición a lo mencionado, se debe resaltar que la adecuada concreción de los resultados de la planificación del sector energético en general, y del eléctrico en particular, permitirá tener disponible en tiempo y forma, la infraestructura adecuada que permita atender los requerimientos de la demanda de energía proyectada, de manera a cumplir con uno de los objetivos de la PEN, el de garantizar la seguridad energética, como ya fuera mencionado más arriba. Por otra parte, los resultados de esa planificación, servirán de base para la obtención de los recursos financieros que serán necesarios para afrontar las inversiones en obras (de generación, transmisión y distribución), que por lo general son muy costosas. Es oportuno mencionar en este punto, que la PEN contiene diversas líneas estratégicas que tienen por finalidad lograr una mayor participación del consumo de energía eléctrica en la matriz energética nacional, que a la fecha representa tan solo un 18% del consumo total de energía en nuestro país.
Una visión a largo plazo como condición inherente a la planificación energética requiere definir un conjunto de escenarios energéticos, entendidos éstos como la construcción imaginativa del contexto estructural relevante que enmarcará la realidad energética futura. La construcción de escenarios ha de tener en cuenta la existencia de incertidumbre sobre los sucesos futuros como característica a enfrentar en la toma de decisiones. La "prospectiva energética" se constituye en una herramienta que permite reducir el grado de incertidumbre en los procesos de decisión.
La proyección del consumo y de la oferta de energía involucran una gran cantidad de variables. Para ello se requiere el uso de modelos matemáticos que describen la cadena energética, desde la extracción de las fuentes energéticas hasta su uso final, a lo largo de la producción, transformación, distribución y almacenamiento. Son varias las herramientas desarrolladas y que se han aplicado para la planificación energética de diferentes regiones del planeta.