• Por Esteban Aguirre
  • @panzolomeo

" ¡Bart, con US$ 10.000 seremos millonarios! Podremos comprar todo tipo de cosas útiles, como… ¡Amor!", Homero Simpson

Me encuentro parado en un caleidoscopio de ideas. Estoy a minutos de Coronel Oviedo y la necesidad de reforzar el agua del tereré nos hace parar momentáneamente en lo que entiendo es un nuevo concepto de entretenimiento gastronómico, yo lo defino como la poco usual estrategia de marketing del "todo mucho, todo grande, ere e rea con fritas" o algo por el estilo.

Restaurante parrillada bar karaoke casino Homero Simpson, nombre del recinto en donde múltipes propuestas de recintos independientes colisionan generando todas las posibilidades de no cerrar el local. "No funciona este, el otro sigue abierto", explicaba doña Edith, dueña del establecimiento, previamente conocido como "Despensa Edi" quien nos cuenta cómo evolucionó la idea de vender durazno en lata a un local que no solo actúa como hogar de la virgencita de la zona, sino también como bar, parrillada, bodega, casino y –cuando el cliente así lo exige– "el" karaoke de la Ruta 2. Lo que inicialmente empezó como "frená ahí donde dice Homero Simpson vamos a comprar agua" terminó convirtiéndose en La Odisea de Homero (Simpson) y la pregunta entre comer una sandwinada con o sin apetito, solo porque sí nomás era la nueva intriga en mente.

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"Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta". Odiseas de palabras brotaban a la superficie mientras Edith describía cuantos tipos de pirecas probaron hasta llegar a nuestra media mañana. "Por suerte luego mi hermano se dejó de aquella su chicaí, esta receta es de su nueva mujer", decía entre risotadas esta empresaria del asfalto que pintaba al mercado como "flojito hasta el invierno", mientras nos hacía probar el picante de la casa y nos regalaba fichas para el tragamonedas, aquel amigo de pocos y enemigo de tantos que entre luces nos invitaba a quedarnos e irnos al mismo tiempo.

A veces parar y mirar un poco de qué está hecho el mundo te puede llevar a una sorpresa de los sentidos. Mientras daba vuelta la indecisa bombilla del tereré en espera del agua fresca, amable regalo de nuestra anfitriona, no podía dejar de pensar en las infinitas posibilidades del hacer, de la fortuna del que emprende y de la inmensurable oscuridad de aquel que espera que ocurra. En esa anaranjada pireca de jugoso contenido estaba la respuesta y la pregunta de todo esto y un poco más.

"El genio se descubre en la fortuna adversa; en la prosperidad se oculta". La Odisea. 

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