La agenda de “Carota” Grillón es la que los seguidores de Lugaucho están queriendo cumplir al pie de la letra aprove­chando la coyuntura de la movilización ciudadana. La izquierda tilinga incapaz de llegar al poder por medios democráticos pretende entrar por la ventana. Plantean, según la agenda: “1- Gobierno de Unidad Nacional con Marito. 2- Se va Marito y el vice. Renuncia por demolición. 3- Nueva denuncia contra HC en Brasil. 4- Juicio político a los 2. 5- Golpe blando democrático. Fiscalía General para el Frente Guasu”.

El otro aspecto interesante de esta genuina movilización ciudadana es que se van cayendo las caretas de mucha gente. Los “referentes” de la prensa ndajeko libre, objetiva e independiente, que alevosamente hicieron campaña por este gobierno hoy desesperadamente quieren sacarse el peso de encima y no ven la forma de desmarcarse para seguir demostrando que son gua’u críticos y están a favor de la ciudadanía. Estos no están a favor de la gente, están a favor de sus egos y de los intereses del dueño del medio para el cual trabajan.

Ahí está el caso del Grupo Abc que se alzó con un millón y medio de dólares en un solo día de la mano del destituido ministro Petta. A Natalia y su enjambre amarillo no le importan la vida de los miles de niños, ya que hicieron una fuerte campaña por el regreso a clases, desconociendo la realidad de que nos encontra­mos en el pico máximo de la pandemia.

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Chuquito, el hijo del pyragüe de Stroessner, quien hizo fortuna delatando a sus amigos, la llorona de Villarrica, el plagiador chicanero y otros próceres de la calle Yegros había sido que estaban defendiendo el negocio del braguetero veloz, que con la imprenta que le dejó “Acero” se alzó con varias licitaciones del MEC para proveer libros. Ahora queda clarísima la razón de la insistencia del Grupo Abc sobre el regreso a clases. El negocio del jefe era la prioridad y no los miles de niños que retornaron a las aulas en las pésimas condiciones edilicias y en el peor momento del covid-19 en Paraguay.

El otro que podría llevarse el premio a la desfachatez es el tal Bicho Riveros, quien sin ruborizarse desde sus redes convocó a la movilización ciudadana para protestar contra el gobierno corrupto. Este pibe se alzó con millonarios contratos en Petropar, nada más y nada menos que de la mano de la Negra Samudio.

Bicho se enoja contra nuestro diario porque le dejó en evidencia, y encima reconoce que está molesto con el Gobierno porque todavía le queda un remanente que cobrar de la licitación que ligó en Petropar. El farandulero alega que su empresa ganó limpiamente una licitación pública, pero se olvida de mencionar que el pliego de bases y condiciones estaba dibujado para su empresa dejando de lado la libre competencia.

En una parte del pliego pedían requisitos que solo la empresa de Bicho podía cumplir como por ejemplo, contar con un editor foto­gráfico que haya ganado un premio a nivel nacional. Vaya coincidencia, la única agencia que tenía un fotógrafo con ese premio era la suya. Es decir, ni la encuesta de Capli se hizo tan a medida como el pliego de la Samudio para esta empresa. Por poco no pedían que el dueño de la productora tenga un sobrenombre vinculado un insecto. ¡Andáaa!

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