La revolución de los coches eléctricos se acelera en el mundo y en particular en los países de la Unión Europea (UE), donde la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel se prohibirá a partir de 2035. El mercado automovilístico europeo sufrió un frenazo en 2022 a causa de la escasez de chips.

Pero los automóviles eléctricos, protegidos por los fabricantes, resistieron y el año 2023 prefigura una nueva aceleración, después de que estos vehículos representaran en 2022 el 12,1% de las ventas de coches nuevos en la UE, una proporción récord. “El crecimiento de las ventas de [vehículos] eléctricos superará de lejos el del mercado”, apunta Al Bedwell, del gabinete LMC.

China conserva su posición de pionera en la reconversión del sector, con políticas públicas muy favorables hasta ahora, y las ventas de vehículos eléctricos se duplicaron en 2022. Pero estas podrían perder ritmo en 2023, en consonancia con la evolución de la actividad económica china, según expertos de LMC.

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El mercado norteamericano va por detrás. Pero con el aumento de los modelos eléctricos de Ford o General Motors, sobre todo camionetas, los autos eléctricos podrían representar hasta un 7% en el mercado este año, con 1,3 millones de vehículos previstos, según LMC. En total, uno de cada ocho coches (12,5%) que se vendan en el mundo en 2023 podría ser eléctrico.

Liderazgo de Tesla

Tesla, el fabricante que inició la revolución eléctrica, persiste como el mayor vendedor mundial en esa categoría. La empresa de Elon Musk vendió 1,3 millones de unidades en 2022, con su SUV Model Y a la cabeza. Para 2023, prevé un aumento del 37%, es decir, 1,8 millones de unidades.

Pero el chino BYD le va a la zaga. El fabricante casi triplicó sus ventas de vehículos eléctricos en 2022 (con 900.000 unidades) y espera desarrollar su actividad en Europa y en América del Norte. Los fabricantes chinos como BYD o NIO son “los más competitivos del mundo, trabajan más duro y de forma más inteligente”, subrayó Elon Musk a fines de enero.

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Los veteranos del sector como Volkswagen (con su gama ID, pero también las marcas Porsche, Audi o Cupra) y el grupo Stellantis (Peugeot, Jeep) también están lanzando cada vez más modelos eléctricos para así posicionarse en este jugoso mercado.

Los líderes del sector del lujo, como Rolls-Royce o Ferrari, prevén lanzar sus primeros modelos eléctricos próximamente. El único que sigue defendiendo los híbridos es Toyota, que los presenta como una solución más accesible y concreta para la transición ecológica.

Baja de precios

Los autos eléctricos continúan siendo, de media, mucho más caros que sus equivalentes de gasolina, vendiéndose a partir de los 35.000 euros (38.000 dólares), lo que los hace inaccesibles para las clases medias, pese a las subvenciones.

Tesla anunció a principios de enero que bajará los precios hasta un 20% en Europa y en Estados Unidos, y Ford también afirmó que lo haría. En Europa, los fabricantes podrían seguir la misma vía para ganar partes de mercado y así respetar las normas europeas de emisiones de CO2, cada vez más exigentes, según el analista alemán Matthias Schmidt.

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“En 2022 no había bastantes vehículos para responder a la demanda. La situación podría invertirse en 2023 y los fabricantes deberán ‘darle un empujón’ a sus vehículos y hacer que bajen los precios”, comentó Schmidt.

También podrían reaccionar a la llegada de los fabricantes chinos, que además de proponer los autos importados a unos precios más ventajosos, se están planteando fabricarlos en Europa. Además, se espera que en los próximos años lleguen al mercado modelos más pequeños y baratos, como el Renault 5.

Estaciones de carga

El temor a una avería sigue siendo uno de los principales factores que disuaden a los automovilistas a pasarse a los coches eléctricos. Su autonomía se limita a unos centenares de kilómetros y recargarlos puede tomar desde unos 20 minutos a varias horas, según la potencia de la estación de recarga. Y aunque la mayoría de recargas se hagan en casa, es crucial que se desarrollen estaciones de carga rápida, según los representantes del sector automovilístico.

La Unión Europea necesitará 3,4 millones de puntos de carga en 2030, según un informe del gabinete McKinsey, con redes eléctricas a punto para poder soportar la presión. En total, esto podría representar unos 240.000 millones de euros (unos 261.000 millones de dólares) en costes. Al igual que Tesla, actores como Fastned o Ionity (que engloba a BMW, Ford, Hyundai, Mercedes y Volkswagen) están invirtiendo en llenar las carreteras de estaciones de carga.

Fuente: AFP.

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