El fútbol es el deporte más hermoso de planeta, tanto que une distancias, elimina diferencias, crea una identidad única en la mente del equipo o afición, incentiva los valores como el compañerismo, solidaridad y, por sobre todo, la fuerza de la autosuperación.
El hincha o jugador sabe que con la derrota o victoria en un partido de fútbol no acaba todo, ya que aún más ,lo que mantiene en lo más alto a esta bella disciplina, es que el fútbol siempre ofrece las revanchas y segundas oportunidades.
Tal es el caso de Jeremías Aguayo de 6 años. Un pequeño amante del balón sobre el césped y fanático a no poder más del Sportivo Luqueño, que a muy corta edad padeció de un mal que cambió su vida para siempre.
Este valiente guerrero luchó con todas sus fuerzas contra el cáncer pero lastimosamente los doctores le tuvieron que amputar una de sus extremidades inferiores. Para alguna otra persona, este desenlace sería un revés importante en el camino a sus sueños personales. Sin embargo, para Jeremías, las ganas de jugar y amor que siente por el deporte siguieron y siguen intactos en su corazón.
Los directivos del Sportivo Luqueño levantaron bien los oídos cuando escucharon la historia de Jeremías. Por lo que decidieron poner sus granitos de arena que, a su tiempo, representaron una montaña de ilusiones para el enérgico infante.
De esa manera, el plantel completo de jugadores recibió esta tarde de jueves a Jeremías en el Estadio Feliciano Cáceres para compartir un fantástico momento fubolísitco. El sueño cumplido de ver, sentir y jugar con sus ídolos quedarán guardados fotográficamente para siempre en las retinas del pequeño.
Además, el club de sus amores le obsequió una pelota y una camiseta oficial, ambos autografiados por todos los jugadores. Para constatar como reconocimiento del valor incomparable de Jeremías.
Igualmente, a partir de ahora, Jeremías podrá visitar de manera gratuita todos los partidos que protagonice su querido club en el mencionado estadio. Ya que la Directiva también le concedió la categoría de socio cadete de la institución.
Esta acción demuestra el nivel de humanidad que existe dentro y fuera de la cancha. Como también, Jeremías, ejemplo de vida para muchos niños que hoy día está luchando contra diversas enfermedades. Hoy Jeremías vuelve a su casa con una sonrisa imborrable, con un sueño cumplido y otros muchos más por lograrlos.