Claudia progresaba en su tratamiento a pesar de la urgencia de transfusiones de sangre por lo que la desesperación se apoderaba tanto de ella como de su familia, de acuerdo a un informe del Ministerio de Salud.

A pesar de su corta edad la pequeña debe luchar contra al cáncer lejos de casa, sus hermanos y su madre. A ella le diagnosticaron Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) en marzo de 2016. Sin embargo, el tratamiento inició recién 8 meses después.

La niña formaba parte de una familia cuyo único sostén era su madre, quien no tenía con quién dejar a cargo a sus otros hijos para acompañar a su pequeña paciente hasta el Hospital "Niños de Acosta Ñú". Por ello la Defensoría de la Niñez inició la búsqueda de una persona responsable que pueda acompañar a Claudia.

Esa persona responsable encontró en la catequista Evelyn, quien estaba al tanto de su historia.

Claudia y Evelyn se conocieron en noviembre de pasado. Ambas empezaron a convivir con sueros, jeringas, medicamentos; enfermeras y médicos que prestan servicios en el centro asistencial. Además de otros pequeños pacientes que no tenía cabello y sus madres desconsoladas por la situación.

Incluso muchas personas allegadas a Evelyn le decían que la mujer no tenía porqué ayudar a alguien que no era de su propia sangre. Ella empezó a mostrarse conflictuada por ese momento. Sin embargo, aquello no la amildanó en sus intenciones de luchar por una persona que necesita ayuda.

"Por medio de mi ahijada, me enteré de que Claudia necesitaba alguien que la cuide. No dudé, me ofrecí y mientras viva, no la voy a dejar", comentó Evelyn.

Hay días en que Evelyn siente las piernas débiles por lo que cree derrumbarse, pero automáticamente se recomponía cuando la pequeña empeoraba. Sin embargo, al verla positiva a pesar de su enfermedad se dejaba contagiar por el espíritu de la niña.

Un tiempo después, Evelyn abandonó las clases de catequesis que ofreció durante 14 años e incluso su trabajo y su propia familia. La catequista no soportaría que Claudia enfrente sola su tratamiento. Ella la acompaña hasta que el tratamiento llegue a su fin y pueda ver a la pequeña vecer a la leucemia.

Observación: (Se utilizaron nombres ficticios para proteger la identidad de la paciente y de la tutora que la acompaña).