Landon Thomas Jr.

Aunque los mercados bursátiles de todo el mundo están al alza, entre los inversionistas están creciendo las preocupaciones de que los problemas de la deuda en Grecia e Italia, que se han venido incubando desde hace tiempo, signifiquen presiones adicionales sobre el euro.

En el curso del año pasado, la enérgica política de compra de bonos por parte del Banco central Europeo y los alentadores signos de crecimiento económico por toda Europa ayudaron a la eurozona a superar una serie de sacudidas políticas, como la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y el rechazo de los ciudadanos italianos a las propuestas de un gobierno de mentalidad reformista.

Empero, ya que es de esperarse que el BCE reduzca sus adquisiciones de bonos gubernamentales y otros bienes, a los inversionistas les preocupa cada vez más cómo va Europa –y en particular Alemania– a lidiar con las crecientes presiones de la deuda en Italia y Grecia.

El resultado ha sido una liquidación de bonos gubernamentales europeos, conforme los fondos de inversión reevalúan los riesgos de tener tales instrumentos. Por ejemplo, en Italia, algunos fondos de cobertura están apostando directamente a que el precio de los bonos italianos se va a venir abajo.

El rendimiento del título a diez años, que es la referencia de Italia y se mueve en dirección opuesta a su precio, se duplicó a 2,3 por ciento desde el otoño pasado. El rendimiento del título griego equivalente ha saltado desde principios del año de 6,7 por ciento a casi 8 por ciento.

La deuda de Italia, en proporción de su producción económica, se ha elevado de 123 por ciento a 133 por ciento en el mismo período. En Grecia, se espera que la deuda pase de 159 a 183 por ciento de su economía total.

Estas cifras ponen de relieve una dura realidad económica: un país no puede reducir el monto de su deuda sin expandir su economía.

Y ya que Italia y Grecia están contenidas por las restricciones fiscales requeridas por las reglas del euro y no se espera que tengan el crecimiento necesario en el futuro, las únicas alternativas son reestructurar la deuda o abandonar la moneda común.

"Aquí, los temas en común son una elevada deuda, un crecimiento bajo y un sistema bancario disfuncional", observa Ashoka Mody, ex jefe de economistas en el Fondo Monetario Internacional. "Ahora, esos problemas no son solo de Europa; son problemas globales".

Aunque estas cuestiones no eran ningún secreto, ahora están atrayendo un escrutinio más estricto debido a los reportes que circulan entre corredores y economistas.

Los inversionistas interesados en apostar específicamente contra Italia se han visto atraídos con mucha atención por dos estudios que llegan a la conclusión de que es improbable que el país pague sus deudas por completo.

Astellon Capital, un fondo de cobertura con sede en Londres, sostiene en su análisis que para Italia será esencial alguna forma de reestructuración, dada la imposibilidad de que crezca su economía. El estudio de Astellon pone de relieve el hecho de que la mayor parte de la deuda de Italia está regida por las leyes del país lo que, en teoría, hace más fácil su reestructuración.

Como demostró Grecia en el 2011, tener la deuda regida por las leyes locales –y no por tribunales de Nueva York o Londres– facilita llegar a términos en una reestructuración que favorezcan al gobierno nacional en lugar de los inversionistas extranjeros.

Y otro estudio de Mediobanca, un banco italiano de inversión, también ha llamado la atención de los inversionistas que tienen una opinión escéptica sobre la eurozona.

Al igual que el de Astellon, el estudio de Mediobanca señala lo poco que se ha beneficiado Italia por estar en la zona del euro: el crecimiento ha sido prácticamente de cero y se ha deteriorado la competitividad de la economía como exportadora.

Mientras tanto, las deudas de Italia se han inflado y solo Grecia les paga más a sus acreedores en relación a su economía en general (Grecia paga 6,1 por ciento mientras que Italia, 5,5 por ciento).

"Nuestra conclusión es que, dada la falta de crecimiento y la significativa discontinuidad de las políticas macroeconómicas de la eurozona, entre los inversionistas ganará tracción la reestructuración voluntaria de la deuda, la posibilidad de que Italia abandone el euro o una combinación de esas dos posibilidades", señalaron los autores del reporte.

El Fondo Monetario Internacional también intervino esta semana y publicó un análisis, esperado desde hacía tiempo, de los retos a los que se sigue enfrentando la economía griega.

El reporte ha sido el punto focal de los desacuerdos entre el fondo y Europa, en términos de lo que necesita Grecia para volver a encarrilarse. El FMI sostiene que, además de las reformas necesarias, los gobiernos europeos deben darle un alivio a Grecia para que su economía se recupere por completo.

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