Michael J. De La Merced

SAN FRANCISCO.

Una de las compañías de capital de riesgo más exitosas de Silicon Valley, que ha apoyado a compañías como Apple, PayPal y WhatsApp, ha agregado algo de sangre nueva a sus filas de alta gerencia.

La firma Sequoia Capital cambió varios nombres en puestos claves de liderazgo, incluyendo la designación de Roelof Botha en reemplazo de Jim Goetz como uno de los "mayordomos" de la firma, según lo anunció el martes último un portavoz.

Goetz, de 51 años, es uno de los mayores generadores de negocios de la firma y quizás sea el más famoso en estos días por ser el único inversor externo en WhatsApp cuando la compañía se vendió a Facebook por 19.000 millones de dólares.

En una carta dirigida a los inversionistas, Goetz subrayó que no abandonaría la empresa y que seguiría haciendo inversiones. Sin embargo, está retrocediendo de las responsabilidades de gestión para ayudar a inducir a una generación más joven a las filas de liderazgo de la empresa. Es una tradición que él dijo surgió de Don Valentino, el fundador de Sequoia, y que en esta ocasión abre el camino para Doug Leone y Michael Moritz, bien antes de la edad de jubilación del propio Goetz.

"Tengo la intención de patrocinar nuevas inversiones, pero planeo reducir mi carga de trabajo, para poder empezar a decir sí a otros aspectos de mi vida que habían sido puestos en segundo plano durante estos últimos veinte años", escribió Goetz en la carta a los inversionistas.

El papel de Goetz como administrador le corresponderá ahora a Botha, de 43 años, un ex director financiero de PayPal que dirigió las inversiones de Sequoia en YouTube e Instagram. Botha trabajará junto a Leone y Neil Shen, el jefe de los negocios de Sequoia en China.

Goetz también se retirará como co-jefe, al igual que Botha, del negocio de Sequoia en Estados Unidos. Lo sustituirá en ese puesto Alfred Lin, de 44 años, ex presidente de Zappos, un minorista de ropa online, y un inversor en Airbnb y Reddit.

Sequoia también nombró a Michael Abramson, de 39 años, nuevo cojefe de su fondo de crecimiento de Estados Unidos, uniéndose a Pat Grady, de 34 años.

Estas noticias de los cambios de liderazgo habían sido informadas anteriormente por Axios.

Y aquí está el texto de la carta que Goetz envió a los inversionistas de Sequoia:

Asunto: Tiempo de devolver el favor.

Los cambios forman parte de la esencia de nuestro negocio. Es lo que crea oportunidades para los empresarios de Sequoia y es lo que les ayuda a producir rendimientos extraordinarios para nuestras empresas. Irónicamente, es también la fuerza que muchas empresas de capital riesgo resisten, contribuyendo a menudo a su propio declive.

Sequoia es la excepción.

En los últimos 45 años, a partir de Don Valentino, Sequoia ha adoptado el cambio, tanto dentro de nuestra asociación, como fuera de ella. Esta voluntad de renovar y reinventar –a menudo, al dar poder a los menos experimentados entre nosotros– ha sido el fundamento de nuestro éxito. Estoy profundamente en deuda con Doug y Sir Michael por la confianza que me depositaron, primero como empresario respaldado por Sequoia, luego como co-líder del negocio de riesgo y, más recientemente, como administrador de Sequoia. Implícita en esa línea es la obligación de devolver el favor dando oportunidad a la próxima generación. Ese tiempo ha llegado.

Durante la próxima semana, planeo apartarme de mis responsabilidades de liderazgo. Lo hago con mucha confianza en esta nueva generación de líderes. Ellos representan una cohorte dotada que lleva a Sequoia en la sangre y sus nuevas ideas estimularán la próxima ola de reinvención. Y hay más por venir en estos cambios bien merecidos de Doug.

Para asegurar una transición suave y fomentar el cambio, me voy a apartar de la oficina de Menlo por unos meses. Voy a seguir siendo un socio general en los fondos existentes y continuaré representando a Sequoia en el directorio. Cuando regrese, tengo la intención de patrocinar nuevas inversiones, pero planeo reducir mi carga de trabajo, para que pueda empezar a decir "sí" a algunos de los otros aspectos de mi vida que han estado en suspenso durante los últimos veinte años.

Por siempre agradecido.