Heidi Grant Halvorson
HAPPINESS
Estos días, solemos escuchar acerca de la más reciente investigación que muestra que el practicar la gratitud tiene toda clase de beneficios para la felicidad y el bienestar. Estos artículos suelen terminar con una convocatoria a comenzar un diario de gratitud, para obtener los plenos beneficios de ser agradecido.
No hay nada malo con ello. Sin embargo, deberíamos mantener en mente el otro, y probablemente más importante propósito: fortalecer nuestras relaciones con aquellos de quienes dependemos.
Históricamente, la mayor parte de la investigación se ha enfocado en la función social de la gratitud, no en su impacto en nuestros cerebros. Ese cuerpo de investigación ha encontrado que expresar gratitud hacia alguien que le ayuda los mantiene interesados e involucrados en tener una relación con usted en el largo plazo. Hace que parezca que su tiempo, esfuerzo y molestias valen la pena.
Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que las personas suelen cometer un error crítico al expresar la gratitud: se enfocan en cómo se sienten en lugar de enfocarse en el benefactor.
Los investigadores en la University of North Carolina identificaron dos clases de expresiones de gratitud: la de alabar a los otros, lo que reconoce y valida las acciones del donante; y la del propio beneficio, que describe cómo el receptor ha mejorado gracias a la ayuda. En uno de los estudios, se observó a parejas expresando gratitud entre sí por algo que su pareja recientemente había hecho por ellos. Después sus expresiones fueron analizadas para ver hasta qué punto alababan al otro o se enfocaban en el propio beneficio.
Ejemplos de sus expresiones incluyen:
Alabar al otro:
"Muestra lo responsable que eres…"
"Te esfuerzas…"
"Eres realmente bueno para…"
Auto beneficio:
"Me permitió relajarme…"
"Me permitió presumir en el trabajo…"
"Me hace feliz…"
Finalmente, los benefactores calificaron qué tan felices se sintieron, qué tanto amor sintieron hacia su pareja y qué tan receptivo habían sentido a quien les expresó la gratitud. Los investigadores encontraron que la gratitud enfocada en alabar al otro estaba fuertemente relacionada con percepciones de receptividad, emociones positivas y amor -pero la gratitud basada en el propio beneficio no lo estuvo.
Vale la pena tomar un momento para pensar acerca de esto, porque la mayoría de las personas entiende la gratitud de forma completamente errónea. Tenemos una tendencia hablar acerca de nosotros incluso cuando deberíamos estar pensando y hablando acerca de los demás. Para ser justos, asumimos que eso es lo que quien ayuda busca escuchar -estaban ayudando para hacernos felices, de forma que deben anhelar el escuchar acerca de lo felices que somos.
Sin embargo, esta suposición no es completamente correcta. Sí, quien le ayuda quiere que sea feliz, pero su motivación para ser útil suele estar enlazada directamente con su sentido de valor propio. Su amigo le ayuda porque quiere ser una buena persona y porque quiere ser reconocido como una buena persona.
Recuerde esto la próxima vez que reciba apoyo de alguien. Quienes ayudan quieren verse de forma positiva y sentirse comprendidos y atendidos -lo que es difícil para ellos cuando usted no deja de hablar acerca de sí mismo.
(Heidi Grant Halvorson es directora asociada del Motivation Science Center en la Columbia University Business School y autora de "Nine Things Successful People Do Differently.")