Brasilia, Brasil. AFP.
El ministro brasileño de Defensa, Raúl Jungmann, se reunirá el próximo martes con su par colombiano en Manaus (norte de Brasil) para establecer nuevos procedimientos de seguridad en la frontera, por donde temen ingresos de armas de disidentes de las FARC.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) firmaron en noviembre un acuerdo de paz con el gobierno, en el que se comprometieron a desarmarse y regresar a la vida civil en un plazo de seis meses.
Pero un 5% de los guerrilleros no se acogerá al proceso de paz, según estimaciones del gobierno colombiano, y Brasil teme que sus armas acaben en manos de delincuentes locales.
"Existen algunos disidentes de las FARC que no están dispuestos a entrar en ese proceso de paz y hay un temor, justificado o no, de que una parte de ese arsenal pueda migrar para nuestras ciudades", afirmó el viernes Jungmann en una conferencia de prensa en Brasilia.
El ministro adelantó que se reunirá el próximo martes en Manaos (capital del estado fronterizo de Amazonas) con las autoridades colombianas de Defensa, con el objetivo de crear un "protocolo" para combatir conjuntamente el tráfico de armas y de drogas en la frontera.
El tráfico fronterizo preocupa especialmente a Brasil, que atraviesa una grave crisis en su sistema penitenciario, con sangrientos enfrentamientos entre bandas rivales. El hacinamiento facilita que los grupos criminales ingresen armas, drogas y celulares a la prisión.