Andrea S. Kramer y Alton B. Harris

WORK VS. LIFE

Se suele hablar de los millennials –las personas que tienen entre 16 y 33 años de edad– como si estuvieran dando paso a una era de relaciones interpersonales ilustradas. Por ejemplo, en el 2013, The Atlantic señaló que los millennials en los Estados Unidos tienen la "creencia nunca antes vista históricamente de que no hay roles inherentemente masculinos o femeninos en la sociedad." Además, en el 2015, el Huffington Post escribió que los hombres millennials "tienden a ver a las mujeres como iguales."

Si esas caracterizaciones estuvieran siquiera cerca de ser correctas, esperaríamos que los prejuicios respecto a las líderes disminuyeran sustancialmente, o incluso desaparecieron por completo, una vez que los millennials asuman posiciones de poder económico, académico y político. Sin embargo, ¿hay algo de verdad en esto? Desafortunadamente, la mejor información que tenemos indica que la respuesta es no.

En febrero, investigadores del National Institute of Health publicaron un estudio respecto a cómo los estudiantes universitarios de biología perciben los logros e inteligencia de sus compañeros de clase. Los investigadores encontraron que los estudiantes varones sobreestimaron el conocimiento de los hombres en su salón. Más aún, conforme el periodo avanzaba, la evaluación incorrecta de los hombres respecto a las habilidades de sus compañeros de clase se incrementó, a pesar de la clara evidencia del superior desempeño de las mujeres. En cada una de las clases de biología examinadas, un hombre fue considerado como el estudiante más destacado –incluso cuando una mujer tenía calificaciones muy superiores–. En contraste, las estudiantes encuestadas no mostraron sesgo, evaluando correctamente a sus pares con base en el desempeño.

La visión de los hombres millennials respecto a la inteligencia y habilidad de las mujeres se extiende incluso a las mujeres en las posiciones elevadas de liderazgo. Una encuesta realizada por Harris Poll en el 2014 a más de 2000 adultos estadounidenses encontró que los hombres jóvenes estaban menos abiertos que los hombres de mayor edad a aceptar líderes femeninas.

Adicionalmente, de acuerdo con una encuesta realizada a estadounidenses por Pew en el 2013, las mujeres millennial tienen significativamente más probabilidades que las de mayor edad de decir que el país necesita continuar haciendo cambios para crear igualdad en los lugares de trabajo, mientras que los hombres millennial son el grupo con mayores probabilidades de afirmar que todos los cambios necesarios se han realizado.

Un atisbo de esperanza se encontró en una gran encuesta realizada con estudiantes de la Harvard Business School. Los resultados mostraron que los hombres millennial tenían más probabilidades que los de la Generation X y los baby boomers de predecir que sus esposas tendrían carreras similares, y menos probabilidades de encargarse de la mayor parte del cuidado de los hijos. Sin embargo, esta esperanza se desvaneció cuando los investigadores encontraron que la brecha entre lo que creen los hombres y las mujeres millennial sigue siendo amplia: "mientras que tres cuartos de las mujeres millennial anticipan que sus carreras serán al menos tan importantes como las de sus parejas", reportaron, "la mitad de los hombres en su generación esperan que sus propias carreras tendrán prioridad". La brecha fue similar cuando se trató de las responsabilidades en cuanto al cuidado de los hijos.

Consideradas en conjunto, estas investigaciones deberían disipar cualquier idea de que los hombres millennial "ven a las mujeres como iguales." De hecho, esta información presenta una seria preocupación respecto a que, a menos que algo se haga pronto para cambiar las actitudes de los hombres millennial hacia las mujeres, aquellos que asciendan a las posiciones ejecutivas podrían entorpecer los esfuerzos para reducir el prejuicio de género.

(Andrea S. Kramer y Alton B. Harris son los coautores de "Breaking Through Bias: Communication Techniques for Women to Succeed at Work.")

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