Por Jorge Torres

Hablemos sobre hechos consumados, sin entrar en el gastado, tedioso y aburrido debate de si es constitucional o no, porque los argumentos de los proenmienda y los contraenmienda ya los sabemos de memoria. La senadora Zulma Gómez (PLRA) me decía ayer en radio Uno que contaban con 25 votos en el senado para aprobar la enmienda. Incluso, que Fernando Lugo ya tiene el argumento para justificar su cambio de postura: escuchó el pedido de la gente, por eso las giras por el interior y los mítines políticos.

Sumados, la intención oficialista y luguista, se asume que en el referéndum ganará el Sí, con lo que quedarán plenamente habilitados a competir Lugo y Cartes.

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La senadora, quien es acusada por el oficialismo de su partido de ser operadora del cartismo, hace una doble apuesta y retruca: Efraín Alegre es el gran operador de Horacio Cartes. Al decir esto, describe un escenario que es casi más que obvio.

Siempre partiendo de la premisa de los hechos consumados, el 2018 tendrá a dos competidores fuertes: Lugo-Cartes. Gómez dice que si el presidente de su partido no se suma al proyecto Lugo 2018, dividirá a la oposición, con lo que las chances de la ANR, de seguir en el poder, prevalecerá y difícilmente se repita lo que ocurrió en el 2008, con la Alianza Patriótica para el Cambio. Dicho esto, Gómez vuelve a preguntarse: ¿Quién entonces será el gran operador del cartismo?

LA ESTRATEGIA. El senador oficialista Gustavo "Pipo" Alfonso (ANR) ya confesó lo que la senadora Lilian Samaniego (ANR) no se animaba a esbozar y pedía a los periodistas que participen de la sesión donde tratarán la enmienda y verán cuál será la estrategia a ser utilizada en el senado. Tanto el luguismo como el cartismo sabe que el principal meollo que tienen hoy es el segundo párrafo del artículo 290 de la Constitución Nacional: "El texto íntegro de la enmienda deberá ser aprobado por mayoría absoluta en la Cámara de origen. Aprobado el mismo, se requerirá igual tratamiento en la Cámara revisora. Si en cualquiera de las Cámaras no se reuniese la mayoría requerida para su aprobación, se tendrá por rechazada la enmienda, no pudiendo volver a presentarla dentro del término de un año". Es decir, no valdría en este caso ese argumento de que el párrafo en cuestión se refiere al texto y que cualquier otro texto sería otro proyecto. Y aquí hay que fijarse en que "el texto íntegro" está en masculino y "la enmienda" en femenino. Si se refería al texto diría "no pudiendo volver a presentarLO y dice presentarLA", es decir, se refiere a la enmienda.

Por lo tanto, la única estrategia que les queda y que particularmente creo la más razonable, es la que sostiene el senador Alfonso: declarar nula la sesión del 25 de agosto del año pasado.

Los mismos senadores, quienes elaboraron el proyecto de enmienda, con una argumentación magistral de la figura constitucional, pero que luego la rechazaron, se ufanan de que se trató de una estrategia política, incluso el senador disidente Silvio "Beto" Ovelar confesó que lo actuado en dicha sesión fue una simulación. Entonces, lo aprobado ese día, tiene sobradas razones para ser declarado nulo de toda nulidad. Esto partiendo de la hipótesis de que todo acto jurídico que parta de un acto doloso será considerado nulo. Esta sería la única manera de violar efectivamente el 290.

Con los votos anunciados por la senadora Gómez y la estrategia esgrimida por su colega oficialista Alfonso, queda más que claro cuál será el escenario político venidero, independientemente a las reacciones, manifestaciones o reclamos propios, legítimos o naturales que provengan de un sector de la oposición y cuyos actores principales ven disminuidas sus chances de llegar al sillón de López.

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