Willi Weber, su histórico representante en la F1, no revela novedades sobre Michael, pero se queja en la revista Bunte de cómo actúa su familia. Poco se sabe a ciencia cierta del estado de salud de Michael Schumacher, tres años después de su accidente de esquí en los Alpes franceses.

No trascienden a la prensa sus progresos o retrocesos porque así lo quiere su familia y lo transmite su representante, Sabine Kehm: "La salud de Michael no es un asunto público". Weber, que acompañó a Schumacher, señaló: "He estado batallando durante un tiempo porque la familia Schumacher no cuenta toda la verdad, pero me doy contra la pared, no escuchan mi consejo.

Creo que es hora de decir la verdad a los aficionados", insiste Weber, que repite que "la esperanza es lo último que se pierde": "Cuando estoy en casa y suena el teléfono, a veces pienso que será Michael para preguntarme cómo estoy". Schumi sigue en su casa de Ginebra, un largo y hermético proceso de recuperación.

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