Gracias al colosal empuje que viene otorgando desde hace décadas el petróleo a su economía, Medio Oriente es hoy una de las regiones más ricas y pujantes en todo el globo. Especialmente en la península arábiga, las naciones han sabido aprovechar el extraordinario recurso natural que subyace en las profundidades de su suelo.

Esta región, de esta forma, ha logrado consolidar un enorme capital económico y financiero y, por lo tanto, también ha atraído las miradas de otros países, interesados en poder establecer vínculos comerciales.

Uno de estos países es el nuestro, Paraguay, cuyo gobierno ha impulsado fuertes lazos con algunas de estas naciones árabes, entendiendo como clave la visión estratégica de extender los vínculos comerciales hacia éstos países, como una forma de ir ganando aliados comerciales.

Ya tiene presencia en Doha, la capital de Qatar, este pequeño pero poderoso estado a orillas del Golfo Pérsico, que es hoy uno de los aliados más importantes de nuestro país en esta región. Incluso, Paraguay posee una embajada en la capital qatarí con el que ya existen numerosos acuerdos.

Pero la apuesta de la diplomacia guaraní ahora es más ambiciosa. El gobierno del presidente Horacio Cartes busca consolidar vínculos con los Emiratos Árabes Unidos (EAU), este país que es una alianza de emiratos que es hoy por hoy considerado como uno de los mayores centros de comercio a nivel mundial (sino el más apetecible por su volumen), y que posee una capacidad financiera descomunal.

La presencia del jefe de Estado paraguayo en Dubai y Abu Dhabi en estos días augura una etapa de relaciones más fructíferas con esta nación árabe. El mandatario se reunió con las máximas autoridades emiratíes, entre ellos con su alteza el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi, quien precisamente había cursado la invitación a Cartes para participar de una conferencia internacional sobre energías renovables. Con el príncipe heredero, el primer mandatario pudo conversar sobre temas de interés común, como diplomacia y comercio.

La presencia de una delegación del máximo nivel de nuestro país, representado en la cabeza del Poder Ejecutivo, ya empezó a dar sus frutos. A la idea de consolidar los lazos políticos también ya se ha manifestado el interés comercial.

Para respaldar este encuentro de carácter político, paralelamente, el ministro de Industria, Gustavo Leite, mantuvo ayer martes una reunión en la Cámara de Comercio de Dubái, donde el jefe de Estado paraguayo presidió el Foro de Negocios Paraguay-Emiratos Árabes Unidos. De este encuentro formaron parte empresarios paraguayos de diferentes rubros como arroz, carne, pollo, agua y cereales, que son los productos que pueden interesar a los árabes en un eventual intercambio comercial.

La presencia de una delegación del máximo nivel de nuestro país, representado en la cabeza del Poder Ejecutivo, ya empezó a dar sus frutos. A la idea de consolidar los lazos políticos también ya se ha manifestado el interés comercial. La idea es mostrar el enorme potencial que posee nuestro país y de esta forma intentar captar el interés de los inversionistas tanto de Dubai como de Abu Dhabi, que son los emiratos más conocidos a nivel mundial.

La importancia de estas visitas oficiales es difícil calcular, puesto que recién en unos meses más podrá plasmarse el interés que muestran los inversores árabes, atraídos por las presentaciones que hagan nuestros representantes. Pero hay una verdad que es inocultable. Cuando la delegación de máximo nivel está encabezado por su propio presidente reviste de otro cariz, ya que la presencia de la máxima autoridades abre puertas.

La gira de las autoridades paraguayas, no cabe duda, traerá beneficios a futuro para el Paraguay, pero es también digno de destacar el gesto diplomático de reparar una delegación del más alto nivel que otorgue la voz decisoria en los ámbitos comerciales más importantes a nivel mundial.

El camino de buscar nuevos aliados y nuevos mercados es un acierto de la diplomacia paraguaya y no cabe dudas que intentar ampliar los lazos con los pujantes países del Medio Oriente responde a una sensata y atinada jugada por el futuro del Paraguay.

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