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Río Cuarto, Argentina.
Siempre que brindó entrevistas o habló en charlas informales con los periodistas, Joss Candia dejó en claro que su único objetivo era terminar el Dakar, el rally raid más difícil del mundo en el que se estrenó, casualmente, en la edición en que Paraguay fue sede.
El motociclista está a solo 64 kilómetros de lograrlo y cuando se le menciona ese número suspira medio con alivio, medio con presión, porque aunque la distancia es corta todavía debe correrla y, sobre todo, tratando de evitar algún tipo de incidente.
Como el que volvió a presentarse este viernes, en la disputa de la Etapa 11, donde en la segunda parte de la Especial partió con dos horas de retraso porque "vi que casi se me rompió la torre de navegación. Había sido ya estaba así ayer y no nos dimos cuenta". "Entonces, tuve que arreglarlo y venir con calma para que no se pusiera peor y me costara la carrera", explicó quien finalizó en el puesto 89 y ocupa el 69° lugar en la clasificación general.
En entrevista concedida a La Nación, tras estudiar con su equipo de asistencia el tramo de la última Especial de este Dakar, Candia dijo: "Estoy a 64 kilómetros de cumplir mi sueño de terminar el Dakar, que era el objetivo que me propuse a mí mismo, como un desafío para mí".
"Hoy estoy cerca de lograrlo, así como estoy a 786 kilómetros de llegar a Buenos Aires, donde por fin me voy a reencontrar con mi familia, disfrutar con ellos, volver a comer un rico asado", agregó con cierta nostalgia en la mirada. Es que, como el mismo dijo, correr el Dakar "es completamente diferente a lo que hacía antes, es demasiado sacrificado, te consume mucho, es muy estresante".
Tanto, que quien etapas atrás dijera que esta odisea era "una escuela" de cara a la próxima edición, hoy admite haber aprendido mucho, pero ya no tiene la certeza de que vuelva a presentarse en el 2018. "Si es con amigos sí", afirma en referencia a un par de pilotos que están interesados en sumarse a su equipo, "porque en ese caso ya sería diferente, vendría a divertirme, a disfrutar esto con mis amigos. Pero si es para correr solo -piensa unos segundos y suspira- no creo".
Siempre con música
En otro momento, cuando Joss Candia habló de lo mucho que aprendió en estas dos semanas de competencia, le recordamos que una de ellas fue haberse visto obligado a calmar su ansiedad sin necesidad de la música (se le había roto el celular) que tan bien le había hecho un día antes (al ritmo de Bossa).
El paraguayo comentó que aquella situación lo llevó a pedir a su hermana que le comprar un celular y ya le cargara las músicas que habitualmente escucha, "porque la música es todo en mi vida, forma parte de todo lo que hago. Cuando estoy con mis compañeros de equipo escuchamos música, cuando me levanto no veo televisión sino que escucho música. Es decir, todo lo hago en base a la música y eso me ayuda bastante".
Joss Candia tiene 30 años, dejó atrás toda una vida haciendo freestyle arriba de una moto para desafiarse a sí mismo en el rally raid más difícil del mundo. Lo tomó como una escuela, de la que está a 64 kilómetros de graduarse.
Si volverá el año próximo todavía hay que dejarlo en suspenso, lo que hoy realmente importa es subirse al podio de Buenos Aires y colgarse la medalla que es privilegio de pocos.