LG esperó hasta el final de su conferencia en el CES de Las Vegas, la mayor conferencia tecnológica del mundo, para hacer sonar los tambores. Subió la música, creció el suspenso y la puerta, por donde ya habían aparecido otros aparatos, empezó a abrirse muy lentamente. Solo faltó una cortina de humo. "Por fin ha llegado lo que muchos estabais esperando: ¿qué es lo siguiente en televisión?", animaba el vicepresidente de Marketing, Electrodomésticos del Hogar y Electrónica de Consumo de LG, David VanderWaal. La respuesta llegó segundos después cuando aparecía en el escenario una inmensa televisión de 77 pulgadas colocada en la pared sin ningún cable, similar a un póster. Y casi tan fina como uno de ellos. Tiene un espesor de 2,57 milímetros, como una tarjeta de crédito, y un anclaje magnético, para evitar el espacio entre la pared y el aparato. La compañía no ha revelado el precio de esta OLED TV W, ni tampoco su fecha de venta.

"LG está llevando el concepto de televisión a otro nivel", asegura la compañía.

La W, según explicó VanderWaal, se debe a tres motivos: "Esta televisión es wallpaper, window y wow" (papel de pared, ventana y ¡guau!, en su traducción al castellano). "Es capaz de dar una sensación natural de inmersión y no produce sombra. Es como mirar a través de una ventana", proseguía el vicepresidente.

"LG está llevando el concepto de televisión a otro nivel. Hemos combinado minimalismo y perfección en una sola televisión. Una nueva definición de simpleza comienza hoy. Es una imagen en una pared", explicaba VanderWaal. El aparato venía sin marcos y sin apenas elementos en su parte frontal. Debajo de la pantalla se encontraba la barra de sonido, en unos altavoces externos con sonido de Dolby Atmos. Se trata de una televisión que no está pensada para colocar en una mesa, sino que tiene que está diseñada para ir colocada en la pared.

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