El descubrimiento de ondulaciones en el espacio-tiempo, las ondas gravitacionales, es el hallazgo científico del año según Science, la revista científica por excelencia. Otros nueve hechos científicos también fueron destacados.

Su detección cumplió una predicción hecha hace 100 años por Albert Einstein y coronó una búsqueda de 40 años. Pero no es el final de la historia. Para los científicos es el nacimiento de un nuevo campo: la astronomía de ondas gravitacionales.

La cordobesa Gabriela González es la vocera y líder del proyecto Ligo, que realizó la detección. González fue destacada como una de las científicas del año por Nature, la otra revista científica de prestigio.

El experimento Ligo es una proeza tecnológica. Los detectores tienen dos brazos de cuatro kilómetros de largo con espejos en cada extremo, alojados en una cámara de vacío gigante y aislado hasta de la más mínima vibración exterior. Al rebotar la luz láser entre los espejos, los físicos pueden comparar las longitudes de los brazos a una distancia tan pequeña como la diez milésima parte del diámetro de un protón.

Una onda gravitacional que pasara por el experimento estiraría los brazos de forma diferente. Eso es lo que observaron los científicos en setiembre del 2015. Se tomaron varios meses para confirmar el hallazgo y anunciarlo en febrero de este año.

Las ondas gravitatorias prometen una manera totalmente nueva de mirar al cosmos. En primer lugar, los físicos esperan ver muchos más eventos. Ligo ya ha detectado una segunda fusión del agujero negro y una tercera señal más débil.

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