Valentina encomendó al diseñador nacional Carlos Burró la creación de su traje nupcial.[/caption]

El Obispado Castrense fue el recinto sagrado elegido por Valentina Dávalos Rocholl y José María Balmelli Ocampos para recibir la bendición matrimonial; fueron sus padrinos: Eduardo Tomás Dávalos Duarte y Andrea Verónica Rocholl Givogre; y Mario Luis Balmelli Gómez Núñez y Lourdes Ocampos Benedetti. Valentina lucía preciosa y feliz en su boda con un vestido de escote V confeccionado hecho de guipure bordado con perlas destacándose en la falda con importantes flores en tres D, diseño de Carlos Burró.

A modo de tocado en su peinado se distinguió un delicado aplique y, para complementar su look nupcial, en sus manos portó un bouquet de rosas blancas de La Floresta.

Finalizado el oficio religioso los flamantes esposos reunieron a sus invitados en una gran fiesta, en la residencia de la familia Dávalos-Rocholl que para la ocasión fue decorado por Óscar Guccione creando un bosque encantado en los jardines de la elegante casa.

El catering del restaurante Talleyrand preparó una mesa de quesos y jamones, y bocaditos gourmet como entrada; el plato de fondo fue una cena con servicio a la francesa. Para la sobremesa, La Vienesa montó islas de finos dulces, bombones artesanales y postres para el deleite de los comensales.

El grupo Talento de Barrio y el DJ Halan Nolan estuvieron en la musicalización de la noche. La fotografía y filmación fueron de Julio Zárate y su staf en tanto que en la coordinación estuvo María Helena Carrón.

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