Por Antonio López
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La frase del título de la columna que en los últimos días apareció escrita en un "arbolito" ubicado en el Hospital del Trauma, quizás no suene muy decente, pero viene muy bien al caso, teniendo en cuenta la realidad que vive nuestro país en torno a los accidentes de tránsito, en especial en cuanto a motociclistas se refiere. Y ese "usá casco..." debería no solo sonar fuerte, sino que debería ser una especie de toma de conciencia para los "motoqueiros" que en los últimos años se han multiplicado y son las principales víctimas de accidentes callejeros.
Pero a su vez, la frase del cual el titular del Hospital del Trauma, doctor Aníbal Filártiga, se ha hecho responsable, viene y bien, teniendo en cuenta la época del año donde parece ser que "la inconsciencia" se apodera de los conductores (sean de motos o vehículos de cuatro ruedas), una situación que lamentablemente no se puede erradicar pese a las constantes y distintas campañas viales que se llevan adelante.
Sin ir mucho más lejos una última estadística dada a conocer por la Asociación Seguridad en las Rutas (SER), muestra que en el año 2014 hubo 3.096 accidentes de tránsito, donde casi el 79 por ciento de las víctimas fueron motociclistas. Agrega el informe que por día, en ese entonces, 1,6 motociclistas morían. Pero si bien el tema del casco es fundamental, no se debe olvidar además que la falta de ese elemento no es la única causa por las cuales fallecen motociclistas, ya que el conducir en estado de ebriedad también se ha vuelto una constante, sobre todo en los últimos años.
Entramos en una semana donde el ambiente festivo lamentablemente es mal entendido y se apunta más hacia el exceso del consumo de alcohol que ha pasar jornadas de alegría familiar y entre amigos. Los miles de casos de accidentes que tiñen de dolor a familias en plenas fiestas, hasta el momento, no han mermado, sino muy por el contrario, parece que va en aumento. La intoxicación etílica que se da en estos días del año supera cualquier ficción. Por eso es fundamental convencerse de que si se va a tomar no se puede pensar en conducir ningún tipo de vehículo.
Es hora de que se tome conciencia y se deje de lado esa estúpida costumbre de usar artículos explosivos, y criminal, en el caso de las armas de fuego en las fiestas de fin de año.
Bien, pero el tema de los accidentes, sobre todo de motocicletas, no es ni debe ser lo único preocupante. Está bien presente un hecho ocurrido en la Navidad del 2012, donde una niña de solo tres años, Paz Valentina, fue víctima de un inconsciente que realizó un disparo "al aire", pero el proyectil fue a dar por la nena causándole la muerte. Es hora de que se tome conciencia y se deje de lado esa estúpida costumbre de usar artículos explosivos, y criminal, en el caso de las armas de fuego en las fiestas de fin de año.
Pero también es responsabilidad de los padres de familia el no permitir que sus hijos, sobre todo pequeños, "se diviertan" explotando algún cohete, u otro elemento que puede causar daño a otras personas, y como ocurrió en muchos casos, que el daño fue para quien encendió ese fósforo para producir la explosión. Se han visto casos de pequeños que llegan a los centros asistenciales incluso con las manos o brazos casi cercenados a raíz del "divertido juego".
En poco menos de dos semanas culmina este 2016, y es de esperar que las estadísticas, especialmente en relación a los accidentes de vehículos, a los heridos con petardos o armas de fuego, marque un menor número que años anteriores. Es de esperar que los ciudadanos tomemos conciencia de que la mejor manera de pasar las fiestas de fin de año no pasa precisamente por "petardear", "chupar" y después salir a "farrear con los perros" ya en estado etílico, sino muy por el contrario, consiste en vivir a pleno, con alegría y sobre todo en forma sana. Hoy por hoy cuesta todavía, pero es bueno pensar que se puede.