Carolina Vanni y Lourdes Pintos

Enviadas especiales

Miles de peregrinos llegaron una vez más a la Basílica de la Virgen de Caacupé para cumplir promesas o hacer un pedido. En un sermón marcadamente espiritual, el cardenal Luis Héctor Villalba, enviado del papa Francisco para la celebración religiosa católica, centró su atención en un claro mensaje a los jóvenes y valorizó el trabajo que realiza la Iglesia desde las diócesis encabezadas por los obispos.

Villalba instó a los jóvenes en la búsqueda de Jesús y a tener a la Virgen María como protectora y modelo a seguir. La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), por su parte, exhortó a las nuevas generaciones a "comprometerse con el país" y buscar las "profundas transformaciones que solo pueden surgir de un amor entregado sin condiciones".

La celebración religiosa se dio en el marco del inicio del Trienio de la Juventud, tema que precisamente fue el principal durante todo el novenario a la Virgen. Este año, la mala inclemencia del tiempo hizo que la afluencia de gente no sea similar a los años anteriores, pero de igual manera miles de paraguayos se volcaron a honrar a la considerada Patrona del Paraguay.

Pero pese a la pertinaz lluvia que reinó en gran parte de la noche del 7 de diciembre y en las primeras horas de ayer, los peregrinos –aunque en menor cantidad– llenaron la explanada de la Basílica Menor y permanecieron estoicos bajo paraguas e improvisados refugios durante la misa que se extendió por casi dos horas.

Imponente e impactante imagen de la Basílica Menor de Caacupé, sumergida en medio de colores por los fuegos artificiales en la noche del 7 y la ciudad que recibió a miles de creyentes católicos.FOTO:CARLOS JURI[/caption]

Por primera vez, la celebración central de la eucaristía por la festividad de la Virgen de Caacupé estuvo presidida por un cardenal, el argentino Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, quien llegó a instancias del papa Francisco para cerrar el Jubileo Diocesano por los 50 años de la creación del Obispado de Caacupé. La misa estuvo concelebrada por el obispo local, monseñor Claudio Giménez, el arzobispo metropolitano, monseñor Edmundo Valenzuela, y otros obispos del Paraguay. También participó el nuncio apostólico, Eliseo Ariotti. El lema de la festividad "Abrazarse a Cristo Jesús", y la reflexión del día giró en torno "María: mujer, discípula y madre que camina con los jóvenes".

Durante su homilía, el visitante no tocó temas políticos ni sociales a nivel nacional, sino más bien centró el sermón en lo religioso. Además de mencionar unas palabras en guaraní, el emisario de Francisco dijo que el Pontífice recuerda con cariño al país.

Instó a los católicos a buscar la santidad, que "no es una excepción en la vida cristiana", sino un llamado para cada uno. "La santidad es un atributo de Dios: solo Dios es santo (...) El cristiano está llamado en ser en la Tierra la imagen viviente de la santidad divina", manifestó ante los devotos de la Virgen María.

Asimismo, se dirigió a los jóvenes de los que dijo que son "la esperanza de nuestra tierra guaraní", y les recordó que la Virgen "nos lleva a Jesús y un encuentro con Jesús nos cambia la vida; el mundo necesita a Cristo; los jóvenes necesitan a Cristo".

Instó a los jóvenes que sean ellos mismos quienes "deben hacerles ver, llevarles a Cristo a otros jóvenes".

CARTAS

El sacerdote Marciano Toledo leyó de manera inextensa la carta que envió el papa Francisco al cardenal Villalba, solicitándole que lo represente para la festividad de la Virgen de Caacupé.

Asimismo, antes de la bendición final, el nuncio, Eliseo Ariotti, leyó una misiva que el Pontífice remitió al obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez. En ella le insta a seguir al frente de la Diócesis porque "aún es joven", y lo felicitó por los 15 años de ordenación episcopal (obispo).

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