Si bien la festividad de la Virgen de Caacupé es siempre una ocasión para generar ingresos extras especialmente para los lugareños, la venta se está haciendo esperar y ya resulta alarmante para los vendedores.
"Es muy poco lo que se vende. En otros años ya solemos tener un poco más de ganancia a esta altura del año, pero ahora seguimos esperando. Hay gente, pero no tanto como otros años y las ventas mermaron bastante. Preguntan, miran, pero no compran", dijo Rosana Leiva, una comerciante de la zona.
Ana Bella Cárdenas, quien ofrece rosarios, pulseras y velas, aseguró que éste último es lo que más salida tiene, considerando que la gente no siempre trae velas y para ofrendar a la Virgen, las compran. "Vela es lo que más vendemos, pero el resto, no hay nada. Ya es preocupante para nosotros", aseveró.
Asimismo, Inés Lezcano, propietaria de una santería situada al costado de la Basílica Menor de Caacupé, dijo que la mayor venta esperan tener entre enero y febrero, durante la temporada de visitas. "Es increíble, hay mucha gente durante la fiesta de Caacupé, pero poca venta. Y no es que se tengan cosas caras, porque desde G. 5.000 ya se pueden conseguir rosarios, imágenes, estampas, llaveros y otros recuerdos para los que vienen por primera vez o quieren llevar un regalo", manifestó.