Ante la masiva recusación de los 13 fiscales que integran la unidad contra Delitos Económicos y Anticorrupción, encargados de la investigación del supuesto caso de megalavado de dinero, el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, designó fiscales interinos para continuar con la causa.
A partir de ahora los encargados de desarrollar las pesquisas serán el fiscal adjunto Ricardo Merlo y los fiscales José Morínigo y Daniela Benítez.
El hecho salió a la luz pública la semana pasada cuando los doctores Hernán Galeano, Claudia Morys y José dos Santos realizaron una serie de allanamientos en casi 20 empresas de Ciudad del Este que, supuestamente, operaban como fachada para encubrir el verdadero propósito, que sería el lavado de dinero.
RECUSACIONES
Durante aquel operativo se llegó hasta el edificio Unión, desde donde operaría la reingeniería contable de todas las firmas comerciales que están actualmente en la mira. La encargada del establecimiento, licenciada Antoliana Gómez Marín, fue quien inició esta serie de recusaciones.
Primero fueron recusados los agentes del Ministerio Público que iniciaron la investigación y en su lugar fueron designadas las fiscalas Josefina Aghemo (quien también intervino una empresa en Asunción) y Yolanda Portillo, quienes a solo días de tomar la causa corrieron con la misma suerte. Sin embargo, el lunes 14 de noviembre, hace tres días, se confirmó que la recusación se extendió a todos los fiscales de la unidad, incluyendo a aquellos que no tenían participación en la causa, e incluso al adjunto Federico Espinoza.
Ante esto, Díaz Verón manifestó a la 780 AM que todas las recusaciones tendrían como único fin dilatar el proceso de la investigación y que la Fiscalía tiene solo unos días para confirmar a los agentes.
Si por algún motivo la recusación es rechazada, la defensa podría nuevamente apelar esta medida. En esa circunstancia, la decisión quedará a cargo de la Corte Suprema de Justicia.
Algunas de las empresas investigadas son Global Logistic Solution, supuesta cabeza de toda la red, y Mega Store. Todas tuvieron movimientos bancarios consistentes en transferencias al exterior por un valor aproximado de US$ 1.200 millones.