La Cámara Paraguaya de la Industria Cerámica (CPIC) sentó postura ayer para que sus empresas sean consideradas en la utilización de obras sociales como viviendas y escuelas, atendiendo el Art. 140 del Presupuesto General de la Nación (PGN) que menciona la utilización de materiales de industria nacional.

Este punto fue exceptuado en el PGN para el 2017, lo cual consideran como un atropello.

El sector presentó notas al Ministerio de Hacienda, a la Senavitat, al Ministerio de Educación y Cultura y la Itaipú, para reclamar que los mismos atentan contra la industria nacional y el empleo, dejando de lado a la cerámica local para las construcciones.

"Solicitamos a las autoridades locales que reconsideren su posición con la utilización de los prefabricados, en desmedro del material cerámico", expuso el presidente de la CPIC, Ricardo Mauff.

En tal contexto manifestó la indignación por una licitación de la Itaipú que se habilita hoy para la construcción de las escuelas del proyecto RC4 del barrio San Francisco, en el que se excluyó la utilización del material cerámico.

Es por ello que solicitaron una prórroga para que las empresas locales puedan presentarse al llamado con los materiales cerámicos, a lo que no tuvieron respuesta al menos hasta horas de la tarde de ayer.

Según los referentes del sector, estudios develan que la construcción de una casa de igual dimensión de 42 m2. con materiales prefabricados costaría cerca de 40% más cara, unos G. 74 millones, aproximadamente, mientras que una vivienda con ladrillo y teja no llega a los G. 50 millones.

En cuanto a los beneficios con los productos tradicionales como ladrillos, tejas y tejuelones, indicaron que son de mejor calidad, con vida mucha más larga con antecedentes de más de 1.000 años, mientras que una prefabricada se estima llegue a los 30 años, además de una serie de inconvenientes porque no son materiales reciclables.

Actualmente existen unas 150 industrias mecanizadas en el sector entre pequeñas, medianas y grandes que están trabajando en un 50% de la capacidad de producción por la falta de demanda y el exceso de materiales en stock, y más de 1.500 olerías a nivel local.

El sector lleva invertido más de US$ 20 millones solo en 2 empresas del gremio, para el mejoramiento de la producción que tuvo que ser frenado a raíz de lo acontecido.