La noticia ha sido, como muchas que no llegan a generar titulares "catástrofes", destacada pero no en las primeras planas. Tal vez, la información afecte en menor medida a quienes puedan decir con cierta o mucha tranquilidad, que cuentan con un salario a fin de cada mes o trabajen en negocios y empresas rentables, aunque sean estas de menor o mayor nivel de ingresos.

Por eso, vale la pena ocuparnos en este espacio de los datos y sobre todo de las certezas que representa la información emanada desde la Secretaría de Acción Social (SAS), apenas hace pocos días.

Los datos afirman que apenas traspasado el umbral del mes de noviembre se ha superado la meta establecida para ser cumplida en el próximo mes de diciembre. Entre los meses de setiembre y octubre del año en curso, se han incorporado al programa un total de 140.002 familias, pertenecientes a 238 distritos de 17 departamentos del país.

Las familias beneficiarias de Tekoporã, el plan de protección social a sectores más vulnerables, pertenecen a diversas comunidades y padecen situaciones diferentes, todas ellas estrechamente relacionadas con la desprotección que esos sectores han padecido por décadas.

De las más de 140 mil, 18.709 son familias indígenas, lo que sitúa en un 88% la cobertura total de estas comunidades, antes tan abandonadas a su suerte, ya que hace apenas 3 años la cobertura del plan a las familias indígenas solo alcanzaba a un 3%.

Aunque las cifras, así "en frío" pocas veces se dimensionan en su verdadero impacto en la vida de estas personas, es importantes tenerlas a mano, a la hora de analizar y seguir con mirada atenta el desarrollo de los planes sociales y su llegada verdadera a los legítimos destinatarios.

Así, el informe de la SAS afirma que el programa Social Tekororã atiende en total a una población de 684.044 personas. De este número importante, 243.872 son niños de entre 0 y 14 años; una población más que sensible y merecedora de una alimentación asegurada; del acceso a la atención de la salud integral y apoyo para la educación. Por otra parte, 86.787 son adolescentes de 15 a 18 años; 13.858 personas con discapacidad; de los cuales 2.787 son portadoras de una discapacidad severa; 76% de los jefes de hogares son mujeres.

El informe, como vemos, es bien claro. El plan, que atiende a familias en situación de pobreza y vulnerabilidad, con las Transferencias Monetarias con Corresponsabilidad (TMC), vale recordarlo, produce cambios esenciales en las vidas de todos los miembros de las familias, rompiendo el vínculo intergeneracional de la pobreza del país. No se trata de una simple dádiva, ni una ayuda esporádica, sino de la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los que más lo necesitan y no tienen acceso a ningún tipo de apoyo financiero.

A partir de hoy lunes, muchas más familias recibirán esos aportes a través del sistema de billeteras electrónicas, generando todo un cambio en sus vidas, acercándolos a la vida de hoy, a la accesibilidad.

La esencia de Tekoporã es combatir a la pobreza extrema, con herramientas que están al servicio de las familias beneficiaras, con el espíritu de incorporarlas en forma positiva e inclusiva; derribando los muros levantados por la exclusión y la ausencia del Estado que han castigado a los sectores más vulnerables desde hace años.

Tekoporã es parte del Programa Nacional de Reducción de la Pobreza "Sembrando Oportunidades" y pretende que los niños y las niñas de estas familias tengan las oportunidades que sus padres y madres no tuvieron, a través del acceso a la salud integral, a la educación y a la alimentación adecuada, además de trabajar en la estimulación del desarrollo y la tarea integrada de diversas instituciones.

No solo se trata de una suma de dinero que reciben sus familias, con la condición de que cumplan con lo pactado, sino de todos los cambios que comienzan a suceder, cuando se les apoya para que accedan a una vida más digna.

Las muchas madres cabeza de familia que reciben este apoyo han generado verdaderas transformaciones positivas, no solo en sus propias casas, sino en sus comunidades, generando cambios que benefician a todos y sientan las bases de una vida en la que la esperanza, no es solo una palabra más, muchas veces imposible de comprender.

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