Por: Jazmín Gómez Fleitas
El concepto de la operación bikini es sencillo: a fin de vestir un bikini y hacer que se considere socialmente aceptable, se debe tener un tipo específico de figura. Esto sería el de una mujer delgada, con una cola bien redondeada y levantada, con piernas largas que se asemeja más a Gisele Bundchen o Gigi Hadid que a cualquiera del común denominador donde nos incluimos la mayoría de las mujeres. Y si bien el ideal de belleza que se idealiza fue cambiando con el paso de los años, la idea de que solamente ciertos cuerpos son dignos del título "bikini" lo ha hecho por más de 50 años.
Este término nació en un comercial en los Estados Unidos en 1961 -acorde con investigaciones de la revista del New York Times- cuando la marca Slenderella Internacional comenzó a introducir una cadena de salones para perder peso, además de una campaña publicitaria. "Busto alto y firme – cintura de un palmo (21 cms) – caderas afinadas – piernas delgadas y elegantes: ¡un cuerpo listo para el bikini!", era su eslogan.
El mensaje era claro. ¿Querías verte bien en un bikini? Debías tener el cuerpo del anuncio. Ahora bien, este nuevo término tuvo sus momentos altos y bajos. Con esa publicidad se dio el hincapié inicial, encontrando algunos registros aislados a partir de su primera aparación para luego regresar en los 80 y no hacer nada más que ascender a partir de la década del 2000.
Es curioso el impacto que tuvo en el vocabulario y la cultura; ya que trascendió a Slenderella y sus fraudulentas mesas vibratorias para perder peso sin hacer ejercicio ni cuidar la alimentación (no pagaban impuestos al gobierno estadounidense y fueron a la bancarrota) para quedar en el imaginario colectivo y en las revistas.
Una búsqueda en Google sobre "operación bikini" o "bikini body" en inglés basta para comprobar que todas las mujeres son iguales en cuanto a la descripción del cuerpo ideal. Según especialistas en psicología: "Es muy difícil que no se internalice esos mensajes, particularmente si una persona es susceptible a problemas de autoestima o imagen corporal".
El levantamiento
Como parte de sus resoluciones de año nuevo, la revista Women's Health decidió que a partir de este año ya no usaría "bikini body" en la cabecera. La editora en jefe de esta publicación mensual sobre el bienestar femenino explicó en un ensayo publicado los últimos días del 2015: "Dado que nuestra meta es siempre animarte y nunca hacerte sentir mal, acá esta nuestra promesa: retirar de nuestras tapas 'operación bikini'".
El ensayo continúa con una carta específica para la 'operación bikini' en donde la cataloga como un insulto involuntario al señalar que un cuerpo debe tener un talle específico para usar un bañador de dos piezas. "Todos los cuerpos son para el bikini. Vestirlo requiere seguridad y nosotros preferimos enfocarnos en los grandiosos beneficios de correr, bailar, escalar o alzar en brazos al bebé y subir escaleras 10 veces al día con él". ¿A qué se debió este cambio? Al pedido de sus lectoras.
Y un cambio así de drástico en una de las publicaciones femeninas más reconocidas mundialmente, no pasa desapercibido. Así también este año hubo protestas generalizadas contra los anuncios de la marca Protein World, y especificamente en Londres, donde el alcalde prohibió los anuncios en el metro, aludiendo a "que hacía que las mujeres se sientan avergonzadas de sus cuerpos".
La campaña que preguntaba "¿Ya tenés listo tu cuerpo para la playa?" recibió protestas masivas en las redes, especialmente en Twitter, donde compartían su repudio con el hashtag #beachbodyready escribiendo frases como: "Si mi cuerpo está en una playa, entonces ya está listo".
"La expresión 'operación bikini' nos recuerda la necesidad de preparar la figura, de empezar la dieta si es que no la estamos siguiendo, porque tenemos que perder los kilos de más que todas tenemos para lucir nuestra silueta en la playa. Es una de las muchas presiones que recibimos las mujeres por alcanzar el ideal de belleza femenina por excelencia, si queremos obtener el reconocimiento y aceptación de los demás", explica Juana Gallego en su libro De reinas a ciudadanas. Medios de comunicación, ¿motor o rémora para la igualdad?
El hecho es cada vez hay más mujeres alrededor del mundo que están hartas de tener que cumplir con una silueta que es incompatible con la naturaleza. Y ya no guardan silencio, no se callan, sino que exteriorizan sus protestas ante el sexismo con el que tratan a las mujeres. Y aquí las publicidades sin duda juegan un papel importante. ¿Será que alguna vez declinaste una invitación a la piscina por no querer usar bikini ?
La elección del traje de baño
Dentro de todo este alboroto sobre "la operación bikini" también saltó otro asunto: las mujeres son libres para elegir el traje de baño con el que se sientan mejor y más cómodas. El bikini, que fue la prenda de la liberación femenina en el siglo XX, ahora está siendo dejado de lado por distintos motivos.
Además de que hay un amplio acceso a la información y la moda incluye en sus diseños prendas inspiradas en el atletismo, el surf o cualquier otro guiño al estilo de vida deportista en la playa, que incluye camisetas de neopreno, tops -incluso de cuello alto-; se suma la idea de que las mujeres también buscan proteger su piel de los efectos del sol y ya no buscan el bronceado típico del verano.
Esta cuestión de actitud personal que rechaza la presión de tener que trabajar para obtener el cuerpo perfecto para lucirlo en el verano -playa o piscina-, también da lugar para que las mujeres decidan sobre las expectativas sociales que concentran respecto a cómo visten. Y aunque el bikini es un clásico del guardarropa, la moda también está poniendo a disposición de las mujeres una oferta más amplia: mallas con frases, bañadores con aires retro y trajes de baño atléticos.
Al fin y al cabo, una mujer debería sentirse segura y feliz con lo que usa, y por sobre todo, aceptar su cuerpo -la raíz de los males para el autoestima- y no una imposición social sexista que le indique cuándo es bella y cuando no.