La diputada Olga Ferreira convocó ayer a 2 comisarios luego de haber recibido información de que un agente mandó "controlar" a los padres de las víctimas de casos de "gatillo fácil", que hace menos de una semana fueron a su oficina en el Congreso.
"Es un atropello", se quejó la parlamentaria y despotricó contra el accionar de los agentes policiales que, bajo la excusa de "patrullaje", fueron a "controlar" a los padres de Anderson Medina y Richard Pereira, quienes se reunieron con ella el miércoles en la Comisión de DDHH.
Según Ferreira, su secretario le comentó que la semana pasada 2 oficiales de la Comisaría 4ª se acercaron a él para pedir detalles de la presencia de estos padres. La diputada los convocó ayer para recibir una explicación. Los policías aceptaron haberlo hecho, alegando que solo era "para ofrecerles ayuda".
Se trata de los comisarios Alberto Mancuello, jefe de la Comisaría 15ª, y de Mario Medina, de la 4ª, quienes se reunieron con la legisladora. Ferreira, luego de hablar con ambos, decidió conversar con el nuevo ministro del Interior, Tadeo Rojas, para tomar una postura "ante el control y la presión de uniformados".
Muy enojada, los trató de "pyrague", que causan temor a quienes se acercan a ella para denunciar acciones irregulares de las instituciones del Gobierno. Aseguró que tal acción es un atropello desde todo punto de vista.