- A dos días de una de las elecciones más comentadas de la historia, la embajadora de los Estados Unidos en Paraguay, Leslie Bassett, recibió en su despacho a La Nación y conversó sobre puntos claves, desde el mecanismo electoral, hasta el futuro de cooperación con nuestro país y la región, así como los grandes desafíos que le esperan a quien sea electo como el responsable número 45 de los destinos de la gran nación del norte.
Por Mike Silvero - msilvero@lanacion.com.py
–¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos y por qué son tan diferentes a las nuestras?
–¿Cómo se vota?
–Es un voto directo para un candidato pero pasando por los representantes de un colegio electoral, que existe en nuestra Constitución. Formalmente el presidente es elegido por esos electores, basado en la legislatura de cada estado y del distrito de Columbia que también tiene representantes a pesar de no tener representación en el Congreso.Ellos –los representantes– formalmente pasan al Congreso de los Estados Unidos que hace su tabulación entre esos votos electorales en enero, pero se saben los resultados mucho mas rápido. Los representantes electorales siguen la votación de su estado, y en la mayoría de los casos si el candidato gana en el estado con voto popular, gana todos los votos electorales.No obstante hay dos estados muy pequeños donde sí se aplica el porcentaje, pero no tienen mucho impacto. Es un sistema un poco complicado pero funciona para nosotros, el proceso de colegio electoral es un proceso respetado en los Estados Unidos. Entonces estamos haciendo todo a la vez, voto electrónico, pero con tabulación tradicional nombrando y eligiendo en base a la elección de la gente.
–¿Por qué algunos estados tienen mayor preponderancia?
–Todos los estados son muy importantes. Por esa razón los colegios electorales son tan importantes para nosotros, porque garantiza que cada candidato tiene que hacerse presente y conocido en cada estado, pero hay un padrón de muchos años, que tal vez está cambiando, de estados que tienen historia de votar republicano o demócrata, esos estados son más o menos seguros, por otro lado los que no son seguros son los 'swing states'; Ohio, Pensilvania, Florida, que son estados que pueden cambiar y año por año se ha visto que cambian. Es decir, donde la gente no es tan absolutamente demócrata o republicana, son estados en juego y que también tienen muchos votos electorales, por eso los candidatos tienen que tener presencia ahí pero sin dejar de marcar presencia en sus bases. El proceso de elección es un trabajo de presencia que necesita mucha fuerza, energía y resistencia.
De hecho las personas más contentas de que falten solo días para las elecciones son los candidatos, porque seguro que ya están agotados. Es un nivel de trabajo, viaje, presencia, muy muy alto y por muchos meses.
–¿Cómo considera podría afectar a la región la victoria de cualquiera de los candidatos?
–Tenemos una larga tradición de una política extranjera bipartidista, en la que tenemos una vinculación muy fuerte a nuestros valores. Compartimos una visión al mundo que es universal casi, que buscamos aliarnos con otros países y ser amigos con otros países, no buscamos conflictos, pero cuando hay conflictos buscamos socios para tratar de apoyar, y ayudar. Yo creo que eso no va a cambiar mucho.
En tanto que los temas de comercio, de las relaciones económicas entre los países, también hay tantos tratados y acuerdos muy importantes muy bien debatidos, que no van a ser afectados. Pero hay temas en los que los candidatos tienen puntos de vista muy diferentes y veremos si el Congreso, que también tiene una voz muy importante, está de acuerdo, creemos en un sistema de balances de protecciones y posibilidades. El presidente puede hacer cosas, pero no todo, necesita del apoyo del Congreso y de la aprobación de la Corte Suprema. Entonces es un sistema balanceado y eso es importante también de recordar.
América Latina tiene una relación muy especial con Estados Unidos, ya de muchos años, siglos realmente y creo que hay una comunicación y diálogo continuo, con cumbres, con la OEA en Washington. Latinoamérica tiene una voz muy importante. Eso no va a cambiar tampoco.
–¿Favorece el retroceso de los gobiernos de izquierda para la cooperación y colaboración con la región?
–Creo que es mejor hablar de una coherencia de valores y puntos de vista para el futuro de la región que sí hace muy posible una cooperación mucho más profunda. Si se tiene la misma visión sobre los derechos humanos por ejemplo, es mucho más fácil colaborar. También se ha visto una posición mucho más abierta en toda la región, Cuba es un ejemplo y muestra la confianza en el futuro de la región. Es muy importante también la dirección de ese futuro, hacia una región que es plenamente democrática pero que siempre puede mejorar sus democracias como estamos haciendo precisamente en Estados Unidos en esta elección.
Hay muchos cambios interesantes en nuestra elección, y creo que hay un desarrollo positivo en las principales fuerzas de la democracia; el respeto para la prensa libre por ejemplo, el respeto para las diferencias de puntos de vista, o la tolerancia con la religión y las diferencias culturales, que están desarrollándose muy bien, eso abre la región al mundo. Ahora se piensa menos en regiones y más en la globalización.
Yo estoy muy impresionada con Paraguay, al ser un país que no tiene acceso al mar pero que exporta a todo el mundo: Israel, Rusia, la Unión Europea. No solamente están pensando en Brasil como el mercado, están pensando en el mundo. Pero pensar en hacerlo como equipo, en la región, abre más oportunidades para todos.
–¿Ve a la democracia como un sistema dinámico?
–Empezamos nosotros en 1775 con que solo los hombres con más de 21 años y que fueran terratenientes podían votar, y ahora estamos impulsando el voto no solamente de todos, sino que en mayor espacio de tiempo también. Yo por ejemplo ya hice mi voto hace tres semanas y quien está viviendo en Estados Unidos tiene más oportunidades de marcar su voto, estamos tratando de abrir espacios siempre.
Las revoluciones informáticas han cambiado la manera de informarse sobre los candidatos, porque hay muchas voces, antes eran solo pocas, tenían que llegar en tren para hablar con la gente, hoy lo hacen virtualmente por Twitter, por televisión, por radio, y en cuatro años vamos a ver más medidas incluso que actualmente para tratar de ganarse a la gente y eso es un proceso democrático mucho más amplio, pero un poco más confuso también porque hay muchas voces y uno tiene que aprender para ver a quien confía, para escuchar, para dialogar.
Antes también las campañas eran de seis meses previos a la elección, ahora se ve que una campaña comienza cuando la elección termina. Que ya se empieza a buscar financiación y dinero, que también tiene un papel importante. Todos estamos evolucionando nuestras democracias, y a veces somos empujados a evolucionar por los cambios que se da en el área de la información o cambios geográficos, por muchas razones diferentes.
–¿Cómo toma la posibilidad de que Estados Unidos pueda por primera vez tener una mujer como presidenta?
–No puedo predecir los resultados, pero puedo decir que todavía nos falta. En otras partes del mundo las mujeres ya han alcanzado ese nivel y pasó el momento, Estados Unidos debería haber estado en esa posición más temprano que ahora, pero ya que estamos en esa conversación, hace 8 años estábamos con el primer afroamericano elegido y era un paso muy muy importante, pero eso no resolvió nuestros desafíos entre las razas de ninguna manera. Tenemos todavía mucho que hacer para garantizar los derechos civiles de todas las personas en Estados Unidos.
Si llegamos a tener una mujer presidente, eso no quiere decir que tengamos resueltos nuestros problemas de equidad entre los géneros también, tenemos todavía mucho que hacer. Creo que es un desafío compartido entre muchos países y lugares, y estamos muy conscientes de que tenemos que mejorar siempre y asegurarnos que la democracia sea equitativa para todos y en toda ocasión.
–¿Cómo considera puede afectar a la región la recomposición económica de Estados Unidos a casi 10 años de la crisis del 2008?
–Estamos en una revolución de los servicios y productos, que tiene su impacto en el comercio global. Somos un mercado enorme y muy interesado en productos de todo el mundo, y un mercado muy accesible por nuestras leyes y beneficios para aumentar el intercambio entre Estados Unidos y otros países, pero también la economía está cambiando, antes éramos una nación que producía muchas cosas y las vendía por todas partes, pero ahora estamos en el desarrollo de servicios, donde compañías como Microsoft y Facebook son las más grandes en nuestra economía y hace 20 años no existían, no solamente las compañías, sino el concepto.
Esa revolución tiene sus costos para los que no tienen conocimiento necesario para competir en una economía así, entonces hay una disrrupción, un cambio un poco abrupto que tiene sus costos pero también necesita una inversión en educación y en tecnología y conocimientos modernos, para que todos puedan aprovechar ese crecimiento de productividad y compartirlo con los demás en el mundo.
Hemos hablado de un mundo globalizado, el comercio es globalizado entonces uno no tiene que estar pensando en un mercado nicho, tiene que estar pensando en un producto adaptable, es estar pensando en muchos nichos a la vez. Este es un mundo interesante y el futuro acarrea mucha emoción y optimismo. Los cambios vienen rápidamente pero a veces cuesta ser tan ágil para adaptarse a esos cambios.
(Mañana, la segunda parte de la entrevista, con enfoque especial entre la relación Paraguay-Estados Unidos)
LA ELECCIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS
¿Siempre gana el candidato con más votos?
–No. En cuatro elecciones presidenciales el ganador no recibió la mayoría del voto popular. El primer caso data de 1824 y fue John Quincy Adams el electo, el más reciente caso es del 2000, cuando George W. Bush venció a Al Gore del mismo modo.
–¿Cómo es que sucede esto?
–Es por el sistema de 'colegio electoral'. Siempre dentro de la búsqueda de equilibrio en la selección, es este estamento el que elige oficialmente al presidente, pero el pueblo elige a los miembros del colegio electoral, por tanto es casi seguro que la mayoría de los estados asignen todos los votos electorales que tengan al vencedor a nivel popular. Cada estado tiene un número de delegados equivalente a la cantidad de sus miembros en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que se determina en función a la población del estado, que se mide cada 10 años, además de sus dos senadores.
–¿Cuántos votos se necesitan para ser presidente?
–El colegio electoral tiene un total de 538 delegados, y se necesitan 270 votos electorales para ganar la elección presidencial.Este sistema pretende garantizar que los candidatos hagan campaña en todos los estados, incluso en aquellos con poca población y menos votos electorales.
–¿Por qué se mantiene este esquema electoral?
–Porque está contemplado en la Constitución y porque la enmienda no es un proceso fácil. El sistema de colegio electoral también refuerza el sistema bipartidista, lo cual obviamente representa que las posibilidades de que el Partido Republicano y el Partido Demócrata intenten cambiarlo son casi nulas.
Además, es un sistema valorado por la población, ya que de otro modo no tendrían siquiera oportunidad de conocer de cerca a sus candidatos y acercar o abordar temas de interés de comunidades pequeñas o alejadas del ruido político.
California es el estado con mayor cantidad de votos electorales, 50 en total. Siete estados, más el distrito de Columbia comparten la característica de ser los que menor cantidad de votos electorales poseen; 3 respectivamente.
Fuente: Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.