Alexis Rolin.[/caption]
Júnior Alonso.[/caption]

La semana previa no parecía una semana de clásico. No hubo tanta efervescencia por las calles ni se calentó tanto como ocurría en choques anteriores, quizás por el antecedente más cercano de cada equipo, con un Olimpia que viene de una derrota que lo alejó de cima de la clasificación y un Cerro Porteño que en el campeonato ya prácticamente tiró la toalla y tiene toda la cabeza en la Copa Sudamericana, donde tampoco consiguió un resultado muy favorable en la primera semifinal.

La cantidad de entradas vendidas hasta ayer demuestra en parte esta falta de motivación de ambas hinchadas con esta edición del superclásico. Es cierto que es un número importante las 18.000 entradas que fueron vendidas hasta ayer, pero en comparación a clásicos anteriores, está muy lejos de tener hoy un clásico a estadio lleno.

Pero estos factores no sacan la importancia que tiene hoy una nueva edición de la mayor fiesta del fútbol paraguayo. El equipo de Fernando Jubero está ante una de sus últimas oportunidades de mantenerse en el tren de la lucha por el campeonato, que desde hace rato tiene solo dos pasajeros. El español pone lo mejor que tiene. El once que le dio cuatro victorias consecutivas en la segunda rueda, arranca esta tarde buscando volver a la senda triunfal.

Cerro Porteño que también va con lo mejor, por su parte, tiene dos misiones. Recuperarse, desde lo motivacional, del empate en casa sufrido en la primera semifinal de Copa y la otra, que para el hincha puede ser la más satisfactoria, bajarle de la lucha por el título a su archirrival y allanarle el camino a Guaraní.

Lo que está juego en el clásico de esta tarde equilibra la balanza con respecto a la poca efervescencia del público de ambas hinchadas.

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