Tomas Chamorro Premuzic
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¿Cuál es la real importancia de los CEOs? En todo el mundo occidental y cada vez más en otros lugares, el desempeño individual se glorifica por encima de los esfuerzos colectivos del equipo. Esto es particularmente cierto cuando se trata de líderes y empresarios. Por ejemplo, Steve Jobs, Jeff Bezos y Elon Musk disfrutan de un estado de culto y son ampliamente considerados como magnates modernos de la innovación.
Aunque tal sentimiento puede no aplicarse a la mayoría de los CEOs, incluso el CEO anónimo todavía se beneficia de esa tendencia: La mayoría de los ejecutivos jefes en todo el mundo ganan entre 50 y 100 veces más que el trabajador medio. La proporción de la remuneración de un CEO a un trabajador en Estados Unidos es aún mayor: 350 a 1.
Por lo tanto, ¿es razonable preguntarse si los CEOs realmente se lo merecen? ¿O quizás sean sobrevalorados y "excesivamente" remunerados? Después de todo, cualquier cosa de valor siempre es el resultado del esfuerzo colectivo. Las variables de toda la empresa juegan un papel de peso en la determinación del destino de las organizaciones, así que ¿por qué se debería pagar tanto a los CEOs y obsesionarse con cuáles de ellos son los mejores?
Para responder a esta pregunta, tuve en cuenta varios estudios científicos sobre el impacto del CEO en la empresa. Mi enfoque se centró en documentos académicos revisados por colegas que incluían medidas fiables de las cualidades de los CEOs y medidas significativas de los resultados de la organización. Obtuve tres conclusiones principales de esta revisión de la literatura consultada.
Los CEOs realmente son relevantes. Los líderes siempre importan, pero cuanto más buenos son en su liderazgo, influyen en más personas. La personalidad de los CEOs moldea la cultura de la organización.
Las determinaciones de los CEOs afectan a procesos estratégicos y gerenciales claves, como la conformación del personal, la financiación y las decisiones de comercialización. Y la reputación de los CEOs afecta a las valoraciones de las empresas y los precios de las acciones. Se ha estimado que el 22% de la variabilidad en el desempeño de la empresa puede atribuirse directamente al CEO.
Los CEOs realmente relevantes... cuando son malos en su trabajo. Aunque los buenos CEOs hacen una gran diferencia, los malos pueden importar todavía más. De hecho, las consecuencias del liderazgo destructivo están bien documentadas y son más severas en el tope de la organización. Por ejemplo, los CEOs narcisistas se pagan sustancialmente más, incluso cuando no logran impulsar el desempeño empresarial.
Algunos estudios sugieren que los directores generales destructivos, que tienden a ser más antisociales, volátiles y excesivamente confiados, generan mayores niveles de rotación de personal, comportamientos de trabajo contraproducentes y menores niveles de compromiso de los empleados. Es difícil estimar el costo económico combinado de estos resultados.
Y su rol aumenta con el tiempo. Aunque los CEOs siempre fueron importantes, su relevancia está en alta, al menos en los EE.UU. Aunque no hay razón para sospechar que el desempeño actual de los CEOs tenga más peso en los resultados que el que tenían en el pasado, sus efectos pueden haber ganado preponderancia con el tiempo a causa de una profecía autocumplida (*) que les atribuye el éxito de la organización.
Dicho esto, incluso si los CEOs merecen su remuneración, eso no significa que la gente lo entienda o lo acepte. De hecho, es digno de asumir que, si más gente supiera cuánto ganan realmente los CEOs, esa gente se enojaría más de lo que ya está.
(Tomas Chamorro-Premuzic es CEO de Hogan Assessment Systems, así como profesor de psicología empresarial en el University College London y académico en la Universidad de Columbia).