Insultos, declaraciones obscenas, ácidas acusaciones y el récord de impopularidad de unos candidatos presidenciales: los estadounidenses están hartos y esperan con impaciencia el fin de una campaña que, a menudo, ha tomado forma de "reality show", señala AFP.

"Es una tortura, estamos traumatizados", comenta Moira Hahn, una abogada de 64 años. "Me sentiré contenta cuanto todo haya terminado. Cada día es peor que el anterior: más vulgar, más violento, más polarizado". "Esta elección nos da vergüenza", confía Nancy Murphy, 58 años, profesora en Maryland (noreste).

"Habitualmente nos gusta hablar de la elección para enseñar a nuestros alumnos cómo es un proceso democrático, pero esta vez ya no hablamos. Es demasiado molesto, sobre todo con los niños. Ya no puedo más, estoy harta de las publicidades electorales, del negativismo, no sé nada de los programas de los candidatos, que pasan su tiempo criticándose", señala.

En Mount Vernon, la residencia de George Washington, el primer presidente de EEUU, situada a una hora de la capital que lleva su nombre, la gente acude de todas partes del país. Los visitantes, tanto los partidarios de la demócrata Hillary Clinton como los del republicano Donald Trump, manifiestan abiertamente su hartazgo. Muchos lamentan la falta de dignidad en la campaña, su violencia, la carencia de visión y de informaciones.

"Nunca vi algo así", dice David Long, un pastor septuagenario que votó el martes por anticipado y se siente aliviado. "Esta campaña es demasiado larga", dice Dom sobre la carrera hacia Casa Blanca que comenzó en el 2015. No quiere votar por Clinton ni por Trump.

Está preocupado. 2Si un partido gana, el otro va a ser absolutamente irrespetuoso". Susan Marek, de 63 años, llegada de Texas (sur) ya votó y también se dice aliviada. "No me gusta el lenguaje utilizado por unos y por otros", declara. Algunos visitantes admiten que ya no ven la televisión para intentar alejarse de la campaña.

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