Tres errores claves, de los cuales dos le costaron a Olimpia seis puntos importantísimos en su lucha por el campeonato. Es cierto que el equipo de Fernando Jubero cometió muchos otros desaciertos en zona defensiva (algunos hasta infantiles, como aquel de José Leguizamón ante Nacional), pero de las tres veces que le marcaron con la cabeza tras centros provenientes de un tiro libre de esquina, dos fueron letales para sus aspiraciones.

Al final de la primera rueda, Luis Cabral le ganó en el salto a Salustiano Candia y a Diego Barreto, marcando el primer y único gol del partido con el que Guaraní sacó la ventaja sobre el franjeado que hasta ahora mantiene e incluso amplió en la última fecha.

Dos partidos después, otra vez en Para Uno, Matías Pérez se le adelantó a Alexis Rolin y cabeceó desmarcado cerca del punto penal del área de Barreto, pero esta vez fue solo el gol del descuento de Rubio Ñu, que perdió 3-1 ante el franjeado.

Por último, Jorge Paredes, el central goleador capiateño, aprovechó la desconcentración de Richard Ortiz en la marca para saltar más alto que él y darle la victoria a Capiatá y una mano enorme a Guaraní, en la fecha que se jugó el fin de semana pasado.

De estos tres tantos, en dos ocasiones los centros vinieron desde la derecha (Guaraní y Rubio Ñu) y uno desde la izquierda (Capiatá). El centro, cabeza y gol, una fórmula tan paraguaya y que ha dado muchas alegrías a nuestro fútbol, ha dado dos grandes desazones a Olimpia en este torneo.

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