AUGUSTO DOS SANTOS

Periodista

La guerra se ha trasladado a la Cámara de Diputados; parecía un sitio apacible, un reino del oficialismo, pero tanto el aparente desmoronamiento de varias voluntades oficialistas como la presente tensión puntual antirreeleccionaria configura un paisaje novedoso, pero no por ello imprevisto.

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Si el equilibrio del gobierno del presidente Cartes pudiera idealizarse en el popular juego de "piedra, papel o tijera", se tendría que desde el resquebrajamiento de la mayoría en el Senado ha sido la Cámara de Diputados "la piedra" sobre la que Cartes ha fundado su gobernabilidad. Esa piedra parecía preeminente por sobre cualquier cuestión que pudiera –incluso– amenazar con el ya folclórico recurso del juicio político. Pero siempre estuvo allí el papel. Ese único elemento que puede poner en jaque a la piedra.

¿En este caso, quién es papel? Es una mezcolanza de elementos algunos nobles, otros taimados. Lo noble es la preocupación ciudadana que en diversas ocasiones ha rechazado la reelección como herramienta, lo mismo que la posición de intelectuales, periodistas, medios. Obviamente también es noble la posición de muchos de éstos que sí quieren la reelección. Negar esto sería entrar en la dictadura de las ideas predominantes.

Sin embargo, no es la nobleza de este pensamiento el que cambiaría la opinión de algunos diputados en vías de dejar de ser oficialistas, sino otro asunto que forma parte de la tradición republicana: en diversos gobiernos, los diputados han sido influyentes en los ministerios, algunos de ellos incluso manejaban entes o secretarías y eran cotos de caza personal.

Con la proximidad de la etapa electoralista interna, era previsible que se exacerbaran de nuevo los reclamos de "mayor participación" de los congresistas de la Cámara Baja en los negocios del Ejecutivo y allí es donde aparentemente Cartes no abrió la puerta.

Sumemos a esto el sabroso escenario de generar una nueva mayoría que se lance a la conquista de entes claves y altamente rentables en político y en todo lo imaginable. "Se habla de un paquete de negociaciones que incluyen movidas en el TSJE, la Contraloría, la Defensoría e incluso la Mesa Directiva en Diputados". ( Abc Color, sábado 22/10/16).

Por lo tanto, el no a la reelección combinará esta semana la nobleza de la preocupación de sectores que no quieren con honestidad y actitud cívica la reelección y el pragmatismo de los chamanes del poder que saben que detrás de ello hay una operación de alta rentabilidad

BOXEO MORTAL

Si esta acción de la oposición tiene éxito en Diputados, será como una velada boxística del campeón vs. el retador, en la que lo más grave para el campeón no es perder la pelea, sino perder el título.

Si se llegaran a pulsear en una sesión de diputados pro reeleccionistas y antirreeleccionistas y, eventualmente, ganaran los antirreeleccionistas, lo que perderá el Presidente objetivamente y de inmediato no es la posibilidad del rekutu, sino algo que en este mismo momento es mucho más valioso: la gobernabilidad. Este es el asunto estratégico que sus asesores políticos deben ver con mucha seriedad.

Hay un segundo aspecto que se juega y es el protagonismo de Hugo Velázquez como figura clave del oficialismo. Velázquez ha sido hasta hoy (y ha hecho valer esa condición) el dueño de la llave de la estabilidad para el gobierno de Cartes en diputados. Si se llega a producir un desequilibrio en los números su reputación tanto como su apodo, "Toro", sufrirán un revés importante.

Obviamente, por todo lo reseñado, el fin de semana fue intenso en idas y vueltas. Esta realmente será la semana del año para el versus oficialismo- opositores en Paraguay.

EL PANORAMA SIN CARTES Y SIN LUGO

Los asesores de Fernando Lugo han sido astutos en despejar del léxico del ex presidente la palabra "reelección", expresión que por alguna estribación subconsciente en el pasado dictatorial irrita a muchos ciudadanos. Lugo ha condenado la reelección todo el tiempo, pero la ha estado buscando todo el tiempo también. Obviamente, si llegara a ser presidente de nuevo sería un presidente "reelecto" salvo que la memoria nos falle.

Sin embargo, así como el oficialismo disidente prende velas para que Cartes no acceda a la reelección, la oposición no luguista peregrina de rodillas hasta Caacupé para que se frustre la postulación del protegido por Marcial Congo.

El panorama sin Lugo y sin Cartes es fácil de vislumbrar: Marito Abdo potenciado en su aspiración presidencial con el escollo de las internas que serán mucho más difíciles para él que las propias generales; Efraín Alegre, lanzado de urgencia a conquistar al progresismo luguista (para ello "Pakova" es importante) y a los votos independientes, y Mario Ferreiro, que probablemente no resistirá la presión de los que le acribillan diariamente con la consigna "cae Lugo y aparecés vos".

Significativamente a Mario Ferreiro le importaría menos el apoyo luguista, ya que enfocaría –con más énfasis– en el voto independiente donde tiene la mejor renta entre todos los líderes de la clase política, el voto colorado que disienta con el candidato colorado y lo que se pueda cosechar del liberalismo.

CÁLCULOS Y APUESTAS

Si la eventual pérdida de mayoría en Diputados pudiera atribuirse a un error de cálculo de los asesores de Horacio Cartes, habría que ir analizando la calidad del cálculo de los estrategas de Fernando Lugo al considerar que un bloqueo a su postulación generaría una reacción de alto impacto político.

Lugo tiene una importante llegada en sectores campesinos y en las áreas urbanas hay una creciente buena onda con trabajadores, empleados, personas que viven a la sombra de la línea social media baja y baja.

Sin embargo, objetivamente y aunque no suene políticamente correcto, estos sectores no han sido determinantes para intimidar a los detentores del poder a lo largo de la historia de la transición.

Cubas seguiría siendo presidente si no fuera por la muerte de jóvenes instalados en la clase media, pertenecientes al universo citadino. "Los jóvenes por la democracia", que le pusieron freno a Oviedo, no dejaron la azada para movilizarse, también eran esencialmente citadinos y de clase media. Los que trancaron el aspirado botín para el TSJE en el 2012 fueron jóvenes y adultos jóvenes que dejaban sus tareas en oficinas en el centro y en Villa Morra para ir a movilizarse.

Asunción –y esto también es políticamente incorrecto decirlo– tiene la llave de la indignación destituyente o la indignación incidente, por lo tanto, si tal presión social que plantean los adherentes de Lugo se instala desde sectores descriptos más arriba puede tener un peso relevante en decisores del TSJE o de la propia Corte Suprema. Si no, es probable que "la patriada" pueda ser mucho más difícil aunque no hay nadie como la historia para romper los supuestos.

LA GUERRA DEL GAS

La semana terminó con un spot del Gobierno reflejando la satisfecha opinión de las personas por el nuevo precio del gas. Fue un respiro en medio de tantas tensiones para las apuestas del ejecutivo.

Cuando todavía no terminaba el lamento de los dueños históricos del gas en el país quejándose porque Petropar venderá más barato el producto, en la noche del miércoles llegaron abruptamente los 11 camiones desde Picuiba, Bolivia, con el primer cargamento de gas boliviano. Parecía una aparición fantasma, ya que después de tanta discusión el gas estaba ya aquí y se comenzará a vender esta semana a 5.000 guaraníes el kilo, casi 40% más barato que el precio que se imponía.

Todavía sonaba la acusación de que Petropar va a subsidiar el precio y saldrá perdiendo, como siempre ocurrió en el pasado. Pero desde que 2 más 2 son 4, las matemáticas son tan simples como irrebatibles: Petropar no solo no perderá, sino que ganará 1.856 guaraníes por kilo.

Calculadora en mano, el presidente de Petropar salió a demostrar que aún con el precio de 356 dólares la tonelada, más flete, seguro, despacho y otros gastos, el combustible gaseoso sale puesto en Villa Elisa 542 dólares la tonelada. Al cambio del dólar del día a 5.610 hace 3.044 guaraníes por kilo. A esto se le suman 100 guaraníes más de gasto operativo, con lo que el costo final es de 3.144 guaraníes el kilo. Y al vender a 5.000 el kilo, resta una utilidad de 1.856 guaraníes por cada kilo comercializado, una utilidad bruta del 37,12%.

Dependerá del Gobierno si con los frutos de esta acción sale del discurso de confrontación que le es típico y logra instalar un relato desde un lugar más amable, el de la satisfacción de los usuarios como insinúa el spot.

Bienvenidos a una semana que no será para el aburrimiento.

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