Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro-

MBA

El proyecto de ley de modificación de la Carta Orgánica del BNF ha sido presentado por el Poder Ejecutivo a fines del año pasado para su análisis/consideración de senadores y diputados. Si bien hasta ahora ya ha pasado por ambas cámaras, los han aprobado con modificaciones, siendo la última en considerarlo hace ya casi 1 mes Diputados, pasando de nuevo a consideración de Senadores con las modificaciones introducidas a algunos artículos.

Bien sabemos que la misma data del año 1961 (ya tiene 55 años) y a la fecha totalmente obsoleta y desfasada en el tiempo tanto de forma como de fondo. El BNF es la principal banca pública de desarrollo de nuestro país y en ella se han insertado varias modificaciones dentro del proceso de modernización y reestructuración de su organización institucional, que le permita aggiornarse a la evolución actual de nuestro mercado financiero y al siglo que nos toca vivir.

Leemos, escuchamos y escribimos a diario que debemos potenciar a nuestra agroindustria por ejemplo, dándole valor añadido a nuestros granos en estado natural, lo cual sólo se puede lograr industrializándolos. Hoy día las industrias aceiteras vienen trabajando a casi el 85% de su capacidad, y apenas estamos procesando el 43% de lo que cosechamos cada año (en el caso de la soja), lo que significa que hay aún margen suficiente de crecimiento. ¿Por qué no aprovecharlo y ampliarlos?

  • No puede ser que un proyecto de ley tan importante a nivel país tenga que estar casi 1 año para que tomen una decisión de si los sancionan o no.

La misma pregunta me lo hago con el trigo. Hace poco exportamos al Brasil aprox. 1MM de Tn pudiendo industrializarlo a nivel local y exportarlo como harina y a precios mucho más remunerativos.

Ocurre lo mismo con la ganadería. Si bien contamos con industrias frigoríficas con buen nivel tecnológico, hoy día ya tenemos abiertos más de 50 mercados potenciales de colocación, lo cual trae aparejado la necesidad de incrementar los niveles de faenamiento de ganado en pie.

También los tenemos a las pymes, que sabemos constituyen el sector sobre el cual varios países que antes eran pobres económicamente basamentaron su potencia económica en este sector, que es el que mayor cantidad de manos de obras genera.

Hoy día el BNF tiene un límite legal prestable por cliente de US$ 2MM. Una vez que se sancione y promulgue este proyecto de ley se podría incrementar 10 veces más en función a su patrimonio neto efectivo actual.

Lo que uno no llega a comprender es ¿por qué si la misma permitirá apuntalar de forma exponencial la asistencia crediticia a los principales sectores productivos del país se los sigue demorando tanto tiempo?

Independientemente a los aspectos meramente políticos los senadores y diputados también suponemos que estarán interesados en el progreso económico de nuestro país.

Macroeconómicamente seguimos bien, pero es nuestra microeconomía la que precisa arrancar y fortalecerse y que permee en los diversos estratos de nuestra población.

Con este proyecto de ley tienen la brillante oportunidad de que el BNF pueda superar la estructura antigua y obsoleta en función a la cual pueda movimentar todos sus negocios (crediticios y no crediticios) y adentrarse en serio a lo que pretendemos en pleno siglo XXI.

Ojalá que impere el raciocinio y verdadero sentido común entre los legisladores y les den el lugar que corresponde y sea sancionado a la mayor brevedad posible. No puede ser que un proyecto de ley tan importante a nivel país tenga que estar casi 1 año para que tomen una decisión de si los sancionan o no dado que no beneficiara a solo un sector del país sino a todo el espectro productivo (industria, ganadería, agroindustria, pymes, comercio, entre los principales).

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