• Por: Cristóbal Nicolás Ledesma Salas
  • Periodista del Grupo Nación de Comunicaciones

La selección paraguaya nos regaló una de las mayores victorias en la historia al vencer a la Argentina 1-0 y en propio territorio del vecino país, hecho que se registra por primera vez en competiciones oficiales.

"Caer contra Argentina de visitante, está dentro del presupuesto", es una de las tantas frases del fútbol y si ello hubiera ocurrido no estábamos eliminados de ir a Rusia, aunque sí muy comprometidos y dependientes de la derrota de otras selecciones para que, ganando todos los restantes juegos, podamos ocupar un lugar en la zona alta de la tabla.

Ese triunfo, basado en una conformación de mucha osadía de nuestro técnico, el alto compromiso de los jugadores, una concentración rozando a la perfección de todos los jugadores y el aprovechamiento justo para anotar el gol que marcó la diferencia, nos dio una inmensa felicidad porque, sabemos, representa demasiado en el orden anímico, factor fundamental para alcanzar los buenos rendimientos de nuestros equipos.

Rodrigo Rojas es uno de los jugadores de mayor crecimiento futbolístico en los últimos tiempos atribuyó ese "buen momento" a "la tranquilidad familiar, disfrutar de mi hijo y una mayor madurez", lo que evidencia, una vez más, la trascendencia e influencia del aspecto mental en nuestros jugadores.

Si antes del inicio de "la era Arce" en la selección, algún integrante de su cuerpo técnico nos hubiese comentado que Ángel Romero iba a jugar, algún partido, de centrodelantero, lo mínimo que hubiéramos dicho es que nuestro técnico estaba loco. Y Ángel jugó, de movida, de "9", pero estuvo por todas partes de la cancha, como en la salida rápida que culminó en el gol de Derlis. Y no solo eso, sino que jugó un gran partido.

  • El objetivo fundamental de ahora en más pasa por ganar los 12 puntos que quedan de local y con los 15 que ya tenemos, orillaremos la clasificación directa. Y si logramos sumar en La Paz, estaremos entrando de cabeza a la cita ecuménica del 2018.

La sabia nueva de la Albirroja y con muestras de máximo profesionalismo, desmitificó lo que muchos sostienen con tanta frecuencia, a saber: "Derlis no puede jugar abierto por derecha", "Almirón es segundo punta", "Junior no marca", "Villar debe dar un paso al costado", "este equipo es frágil" y tantos otros "encasillamientos" que se fueron por la borda al ver este trabajo estupendo de la selección.

"Hablamos mucho preparando este equipo y este esquema", contó "Chiqui" Arce lo que significa la confianza que él tiene sobre el rendimiento mental de sus jugadores. Lo futbolístico no está en duda.

El objetivo fundamental de ahora en más pasa por ganar los 12 puntos que quedan de local y con los 15 que ya tenemos, orillaremos la clasificación directa. Y si logramos sumar en La Paz, estaremos entrando de cabeza a la cita ecuménica del 2018.

Del borde del infierno pasamos a orillas del paraíso y gracias a una victoria sin precedentes en nuestra historia; con un rendimiento alto en lo mental, muestras de calidad futbolística y una formación llena de atrevimiento que evidencian la apuesta hacia la juventud, la saludable aparición del famoso recambio y la obligación de que todos tengamos una mayor fe hacia los jugadores y nuestro técnico.

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