• Por Emma Paoli

Presidenta del Consejo de Administración de la UPAP

Para que las Redes de Investigación funcionen en un sistema universitario han de configurarse con base en nuevos paradigmas educativos y. entre ellos, fundamentalmente: el conectivismo.

Se han configurado 4 paradigmas educativos: conductista, cognitivo, ambientalista y el constructivista; entonces, es necesaria una teoría del aprendizaje para la era digital: "El Conectivismo".

Esta teoría, desarrollada por Siemens, y que supera las limitaciones de estos paradigmas, tiene como objetivo explicar el efecto que la tecnología tiene sobre la manera en que actualmente se vive, se comunica y se aprende. El conectivismo se enfoca en la inclusión de tecnología como parte de la distribución e interacción cognitiva.

Reconoce que el aprendizaje reside en un colectivo de opiniones individuales. El conocimiento está ahí en cada uno de los que participan del proceso cognitivo, para buscarlo cuando se necesita, a la vez que se colabora en la construcción del conocimiento proveniente de otros escenarios, todo esto sustentado en el concepto de Redes de Conocimiento Sociales de Aprendizaje.

Pero, ¿a qué se refiere exactamente Siemens cuando habla de una red? Una red contiene como mínimo dos elementos: nodos y conexiones. Nodo es cualquier elemento que pueda ser conectado a otro y, una conexión es cualquier tipo de vínculo entre nodos. Se observa así que los nodos no refieren únicamente actores humanos sino que también pueden ser base de datos, bibliotecas, organizaciones, o sea, cualquier fuente de información, lo cual hace que las posibilidades de conexiones sean infinitas.

Así, el Conectivismo induce a la reflexión y el cuestionamiento sobre la manera de aprender, especialmente en tiempos actuales en los que estudiantes, nativos digitales, no le temen a la tecnología; son multifuncionales, piensan de un modo menos lineal y organizado que aquellos que pasan de los 35 años; disfrutan la fantasía como parte de sus vidas; son menos tolerantes a las actividades pasivas y usan sus herramientas para permanecer conectados unos con otros.

Entonces, qué camino ha de tomar la Universidad en este nuevo devenir? Pues, el derrotero de una Ruptura Epistemológica, profundizando la huella de los procesos autoconstructivos y aquellos sustentados en la teoría de la "Construcción Social de la Mente" (Vigostky). Esto significa el tejido de redes mediante Tecnologías Educativas Propias y Apropiadas – TEPA –, como lo plantea (Fainholc) para diseñar sistémicamente proyectos de tecnología educativa aterrizados socioculturalmente, dentro del enfoque didáctico constructivo, cognitivo e interactivo del aprendizaje para la comprensión.

Se rescata así el proceso de comunicación humana más allá de los medios que lo vehiculizan, incluyendo códigos simbólicos específicos que imprimen singularidad a los mensajes, los que serán luego resignificados por personas y grupos en su devenir, con énfasis en escenarios TICs, con rostro humano.

Colaboración del profesor Eugenio González.

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