Andrew Ross Sorkin

Donald J. Trump dijo la semana pasada que no pagar impuestos "me hace ser inteligente". Sus representantes lo llaman "genio" por sus estrategias de evasión de impuestos recién sacadas a la luz.

Bueno, pues si tienen razón, entonces los ejecutivos que manejan las grandes corporaciones de Estados Unidos son absolutamente virtuosos.

Un estudio exhaustivo dado a conocer el 4 de octubre por un grupo investigador muestra en detalle que las compañías de Fortune 500 han logrado poner a cubierto ganancias de billones de dólares en el extranjero para no ser gravadas. Los esfuerzos de Trump palidecen en comparación. Peor aún, las empresas han logrado ocultar por completo muchos de sus paraísos fiscales, en muchos casos reportando diferentes cifras a distintas agencias del gobierno para confundir aún más la forma en que evaden al Tío Sam.

Y sí, claro que todo eso es legal.

La reacción inmediata de muchos lectores podría ser la ira por la evasión de impuestos de las compañías o por la de Trump. Pero no es esa la meta de este artículo en particular, en este caso, ese tipo de razonamiento puede ser contraproducente.

Más bien, ese estudio debería ser una múltiple llamada de alarma para los votantes y los legisladores para arreglar el sistema de impuestos. Si toda la atención sobre la declaración de impuestos de Trump (o su ausencia) no basta para redactar de nuevo el código fiscal completo, este estudio podría servir.

El estudio señala que 58 de las empresas de Fortune 500 deberían 212.000 millones de dólares en impuestos federales adicionales, "equivalentes al presupuesto completo de los estados de California, Virginia e Indiana", si fueran gravadas debidamente.

Los autores del reporte, entre los que estuvo el Fondo PIRG de Educación de Estados Unidos y Ciudadanos por la Justicia Fiscal, escudriño las declaraciones de las empresas de Fortune 500 del 2015 y encontró que un impresionante 73 por ciento "cuenta con subsidiarias en paraísos fiscales en el extranjero".

Quizá fuera de esperarse. Empresas e individuos se quejan amargamente de que los impuestos son demasiado altos y las reglas, demasiado complicadas, pero muchas corporaciones y los miembros más acaudalados de la sociedad han encontrado la forma de que el código fiscal trabaje en su favor.

Si todas las compañías de Fortune 500 pagaran impuestos sobre sus ganancias cubiertas, deducen los investigadores, el gobierno recibiría un abundante maná de 717.800 millones de dólares. Para poner esa cifra en contexto, digamos que el déficit del presupuesto federal del 2015 fue de 438.000 millones de dólares. Sin embargo, solo arreglar el sistema de impuestos de las empresas no es la respuesta para reducir los números rojos; eso podría ser solo una gota en la cubeta dado que la deuda federal total es de cerca de 20 billones de dólares.

Los investigadores precisaron que Apple tiene 214.900 millones de dólares en el extranjero y que debería pagar 65.400 millones de dólares si trajera ese dinero a Estados Unidos; Nike tiene 10.700 millones de dólares en el extranjero y debería pagar 3.600 millones en impuestos estadounidenses; Goldman Sachs tiene 28.600 millones en el extranjero y el reporte señala que la compañía "informa tener 987 subsidiarias en paraísos fiscales en el extranjero, 537 de las cuales están en las islas Caimán, a pesar de que, según su propio sitio Web, en ese país no funciona una sola oficina legítima".

En lugar de predicar si es o no patriótico pagar impuestos –que estos días parecen ser una cuestión más bien controvertida–, concentrémonos en ver exactamente cómo es que las compañías mantienen su dinero en el extranjero y en encontrar una forma atractiva de que lo traigan al país para que estimule la economía, cree empleos para quienes no lo tienen e incremente los salarios de los que sí trabajan.

Vale la pena señalar que los recientes impuestos por 14.500 millones de dólares de Apple, cobrados por la Unión Europea, que sostuvo que Irlanda le cobra menos impuestos a la empresa, es un buen ejemplo del dinero que se guarda en el extranjero para beneficiarse de impuestos bajos.

Quizá sea un toque de ironía pero, dados los esfuerzos de la Unión Europea por cobrar –cosa que el director general de Apple, Tim Cook, dijo que era "totalmente una basura política"– una cuestión que se plantea es que si las compañías estadounidenses se verán más inclinadas a traer su dinero a casa para no exponerse a que les cambien las reglas de los impuestos en Europa (piénsese en el Brexit, por ejemplo) y en otros lugares.

Quizá no sea sorprendente que sea difícil averiguar las cifras exactas del dinero guardado en el extranjero, pues hay muy poca transparencia en el reporte de utilidades en el extranjero. Así pues, el primer elemento para establecer un mejor sistema de impuestos es sencillamente crear una forma transparente de reportar las utilidades en el extranjero, de modo que los políticos no están en un vacío de información.

Este es un ejemplo sencillo del problema: la Comisión de Valores y Bolsa "solo requiere que las compañías reporten todas las subsidiarias 'significativas', basándose en numerosas mediciones de su participación en los bienes totales de la empresa. Al requerir que se reporten solo las subsidiarias y no todas, esto permite que las empresas se salgan con la suya y no revelen muchas de sus subsidiarias en el extranjero. Esto, a su vez, crea la posibilidad de abusar del sistema, porque evitar la revelación simplemente requiere dividir una subsidiaria significativa en muchas subsidiarias pequeñas", señala el reporte.

También observa que "las multas por no revelar subsidiarias son tan ligeras" que es muy probable que las empresas decidan revolver las cifras y considerar la posibilidad de pagar una multa como el costo de hacer negocios.

El problema de la transparencia se ejemplifica con este hallazgo: "Veintisiete compañías le reportaron a la Reserva Federal un total de 16.389 subsidiarias y 2.836 subsidiarias en paraísos fiscales, mientras que a la Comisión de Valores y Bolsa le reportaron solo 2.279 subsidiarias en total y 410 en paraísos fiscales".

¿Cómo es posible eso?

No es porque esas compañías le estén mintiendo a la comisión (al menos no que sepamos). Es porque la comisión es tan vaga en su definición de subsidiaria que es casi risible. Todas las agencias deberían de requerir la misma definición. La de la Reserva Federal, por ejemplo, es mucho más dura.

Una vez que tengamos la información real, necesitamos averiguar qué hacer con ella. No hay duda de que las empresas en Estados Unidos –y francamente, cualquier negocio que se beneficie de nuestros mercados– deben de pagar alguna forma de impuestos. (Una vez dicho eso, hay algunos economistas que alegan que los impuestos de las empresas deberían de ser muy bajos o de plano nulos, suponiendo que todas las personas y los accionistas pagaran más).

Ciudadanos por la Justicia Fiscal propugna una serie de reglas para acabar con el aplazamiento del ingreso en el extranjero, suspender las inversiones de impuestos y eliminar lagunas, como los lineamientos incongruentes que permiten que las empresas "le digan a un país que una subsidiaria es una corrupción, mientras le dicen a otro país que la misma entidad es una asociación o alguna otra forma".

Estas son metas plausibles. Cómo resolver el malhadado mosaico de reglas fiscales y lagunas sigue siendo una pregunta sin respuesta. Los demócratas quieren políticas que generen más ingresos; los republicanos quieren políticas que generen menos ingresos a plazo inmediato (quieren tasas de impuestos más bajas y afirman que eso estimularía la economía y, a fin de cuentas, generaría más ingresos).

Sea cual fuera la resolución definitiva, quien quiera que acabe siendo el próximo presidente tendrá la oportunidad de ser considerado un verdadero "genio" si aborda esta materia de una manera significativa y sensata.

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