Por Christian Pérez
Hace diez años era una de las joyas más preciadas de Cerro Porteño. Prácticamente de las inferiores saltó al césped de la Olla Azulgrana para jugar un partido de Copa Libertadores ante Palmeiras. Si bien no mostró su mejor versión en ese juego, ya asomaba y parecía encaminarse hacia la consolidación.
La añoranza por Julio Dos Santos (transferido al Bayern Múnich) era inevitable para el hincha azulgrana en ese entonces y necesitaba encontrar un nuevo "10" y los destellos de talento en los pocos minutos que jugó, señalaban a Genes como el sucesor del "Negro".
Pero no, a "Carlitos" le aparecieron en el camino un montón de obstáculos, que lo desgastaron demasiado.
Un pecado de juventud lo condenó en Cerro: ser tapa de una revista (Enterate), posando con una vestimenta que prácticamente le impusieron. "Era un pendejo, fui solo y me terminaron por convencer para ponerme esa roja (una camisilla y un jeans)". La publicación hizo estallar a Gustavo Costas, el DT de ese entonces y fue "borrado" del mundo azulgrana.
Pero él mismo aclara que después de eso tuvo muchas oportunidades en otros clubes, aunque ya había perdido la motivación inicial y a ello se sumaron lesiones graves de rodillas. Tuvo un fugaz paso por el 12 de Octubre, también en el 2 de Mayo (donde más jugó) y Guaraní.
Aunque ya no le gusta hablar del tema "cansa ya, porque todos me dicen que yo iba a ser el mejor y que por que esto y aquello", Genes recordó con La Nación lo que pasó en Cerro.
–¿Qué es de la vida de Carlos Genes?
–Siempre ligado al fútbol, aunque no profesional. Estoy jugando por el interior, Futsal FIFA y estoy por ir a probar fútbol de playa. También estoy viendo los documentos para ser entrenador.
–Todos te recuerdan como la gran promesa. Llegaste a Primera, pero ¿qué pasó por el camino, por qué no te consolidaste?
–No llegué por muchas cosas. Cuando tuve la oportunidad me castigaron por el tema de la revista, después me agarró un bajón, fui a 12, volví a Cerro con sobrepeso. Después fui a 2 de Mayo, ahí jugué muchísimo. Nos salvamos del descenso incluso. Cuando recuperé mi nivel me rompí el ligamento izquierdo. Salí de esa lesión (casi un año) y fui a Guaraní. Y me volví a romper el otro ligamento (un año más).
–Hablanos de la famosa nota a la revista ¿Qué fue lo que pasó realmente?
–Yo era joven y no me perdonaron. Un día me llaman de la revista (Enterate) y yo como mita'i, demasiado quería que me hagan una entrevista. Fui en short y zapatillas. La nota era normal, hablamos solo de lo deportivo. Después baja un tipo con ropas y dije en mi mente "ni cagando me pongo eso". Pero estaba solo, era joven y me terminaron convenciendo. Ni me imaginaba lo que se venía.
–¿Y qué pasó después?
–La entrevista salió como 15 días después. Yo iba a jugar de titular esa semana ante Libertad. Concentramos el viernes y al día siguiente Costas vio la publicación. Sacaron todo de contexto, dijeron que yo quería ser modelo. El técnico me trató mal frente a todos y quería sacarme del plantel, pero muchos pesos pesados como Grana, "Tigre", evitaron eso. Me echaron de la concentración y ese hecho me marcó para siempre. Por más que después se solucionaron las cosas yo ya estaba condenado y fui borrado.
–¿Qué podés contar de tu experiencia en Cerro?
–Fue lo máximo. Yo soy cerrista fanático y fue especial. Cerro es un club de primer mundo. Tenés todo, apenas te resfrías y ya hay dos médicos a tu lado. Y cuando uno sale de ahí siente demasiado, "Tuicha la diferencia". Cuando me fui a préstamo al "12" era otro mundo. Por ejemplo, ahí tenías que llevar tu tele a la concentración. Recién después de salir de Cerro te das cuenta de lo que pasa. Uno piensa que siempre va a ser joven y no es así.
–¿Te arrepentís de algo?
–Como dice mi papá, lo hecho, hecho está. De mi caso personal les digo a los jóvenes que no se entreguen, por ahí yo cometí el error de entregarme temprano y reconozco que fue culpa mía. Cuando quise levantar cabeza me di cuenta que era tarde.